viernes, 6 de marzo de 2015

La trampa del carril bus accesorio


Aplicar al transporte la visión de la economía ecológica sirve para destapar una trampa muy común en relación a la construcción de un carril bus exclusivo y adicional a los ya existentes en una autovía. Al añadir un carril adicional dedicado a los buses, se libera espacio en los carriles ya existentes en la infraestructura. De este modo, la capacidad de la vía para albergar más automóviles crece significativamente, provocando un efecto llamada que incentivará un mayor uso del coche. Las supuestas ventajas derivadas de impulsar el uso de la guagua mediante un carril bus propio, quedarán, así, canceladas por el incentivo a usar el vehículo privado que introduce la liberación de espacio. 

Sería conveniente que los responsables del Cabildo de Tenerife tuvieran en cuenta esta efecto perverso si realmente quieren solucionar el problema del tráfico en la Isla, cosa que dudamos analizando la trayectoria de las decisiones de esta institución en materia de transporte y tráfico. Recientemente ha trascendido que la máxima institución insular estaría valorando la alternativa de ampliar la TF-5 reservando un carril de uso exclusivo para guaguas desde La Laguna hasta La Orotava. Es una verdadera tragedia que quienes han de solucionar los problemas de retención en la isla de Tenerife (también en Canarias), sean los mismos que han originado tales atascos. Nada bueno puede salir de sus cabezas. Su incompetencia o su competencia interesada han convertido el transporte público en la Isla en un sumidero de recursos públicos sin que haya servido para liberar espacio en la vía pública, ni para garantizar un nivel de accesibilidad y movilidad compatible con los ecosistemas canarios. Al tiempo, el automóvil campa a sus anchas sin limitación alguna.

TF5 a la altura de La Orotava. Fotos aéreas de Canarias.
Al margen de esta trampa es conveniente que reflexionemos brevemente sobre el uso potencial de una hipotética plataforma exclusiva para guaguas ¿Cubriría usted en guagua el trayecto que va desde la La Laguna hasta La Orotava, si el Cabildo habilita un carril bus adicional y adyacente a la autopista TF-5? Teniendo en cuenta lo arraigado que está el uso compulsivo del vehículo privado para todo tipo de desplazamientos, sobre todo en trayectos cortos, la respuesta a este interrogante tiende a ser negativo.

La razón principal es que la segregación espacial y la lejanía creada gracias a la práctica de un urbanismo que ha separado las funciones típicas de la ciudad (educación, industria, ocio, consumo, turismo,…), convierten en poco atractiva la opción de la guagua frente al vehículo privado. Y esto es así porque el automóvil se adapta mejor al incremento de la movilidad que ha inducido la segregación urbanística. La práctica cotidiana nos indica que la satisfacción de las necesidades humanas se consuma en espacios aislados, en un círculo vicioso estimulado por la propia institución política insular y agravado por el abandono al que ha sometido a Titsa. Hoy trabajamos en la zona metropolitana, compramos en cualquiera de las áreas comerciales situadas fuera de ella y pasamos nuestro tiempo de ocio en la playa o la montaña. Así se ha planificado en los planes insulares donde no ha habido hueco para la creación de proximidad, en perjuicio del territorio y los ecosistemas canarios.

Por tanto, dado el estado de la movilidad en la Isla, donde mayormente se utiliza el vehículo privado para los desplazamientos, los incentivos a optar por el transporte público serán mínimos mientras no se limite el uso y disfrute del vehículo privado. Además, resulta sorprendente que la institución insular esté estudiando la opción del carril bus en sentido norte, si tenemos en cuenta que el grueso de las retenciones se producen en sentido inverso, hacia la zona metropolitana. Tampoco se entiende que Becerra, coordinador insular de Turismo y Proyectos Estratégicos, diga que la ampliación de la calzada de la TF-5 para albergar el carril bus, implique menor coste que utilizar las vías existentes. Pero esto no debe extrañar viniendo de una institución cuyo responsable actual llegó a decir que un carril bus supondría el doble de afección que la que representaría la implantación del tren (vía Blog No Incineración). Tremendo.

En definitiva, estas contradicciones revelan los intereses urbanísticos, económicos o vinculados al sector de la construcción que rigen las decisiones de tal institución. Las intenciones de ampliar la TF5 para acoger un carril exclusivo para buses parece responder a la pretensión encubierta de extender la calzada de rodadura. Recordemos que en 2009, antes de que la crisis hiciera estragos y los conflictos entre el Gobierno Central y el Ejecutivo canario no perjudicaran el convenio de carreteras, el Gobierno autonómico priorizaba la ampliación de la TF5 en el Plan de Carreteras. Ahí ya se pensaba crear un tercer carril desde Guamasa hasta La Orotava.

Solucionar la problemática del tráfico en las Islas requiere una profunda y seria política de movilidad basada en discriminar positivamente el transporte público (guaguas) frente al vehículo privado. Esa discriminación positiva debe estar apoyada y propulsada por el Cabildo en base a criterios de ecología, respeto medioambiental, uso responsable de los recurso públicos y beneficio social. Un carril bus solo será efectivo si se crea sobre la base de las actuales TF5 y TF1 y eliminando un carril por sentido. Lo demás son parches interesados. Esa es la cruda realidad.

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