lunes, 8 de septiembre de 2014

No votaré en consultas adobadas


Enfebrecidos por sus propias proclamas, los portavoces gubernamentales ya enmarcan todo esto en la "regeneración democrática". De modo que regeneración democrática ya no consiste en echar abajo la indecentes barreras electorales que constituyen una prótesis hiriente de la voluntad electoral de los canarios, en aras de la centralidad política de Coalición Canaria 


¿No hay algo perverso en apoyar una consulta promovida por un grupo de gobierno caracterizado por desoír la voz de los canarios? Estoy contra las prospecciones pero no votaré en consultas adobadas por el Poder Establecido en las Islas. No pienso participar en esa bufonada en torno a las prospecciones que prepara el Gobierno de Canarias. Una patraña a la que han llamado referéndum, que llega tarde y que el Ejecutivo autonómico maquina revistiéndolo con aires democráticos pero que no es más que una farsa. Puro humo a su servicio. Por supuesto, esto es una opinión personal.

Ha sido un verano agitado en relación al asunto de las prospecciones petrolíferas. Rivero y Soria han puesto su particular granito de arena para tensar las relaciones institucionales entre el gobierno central y el autonómico. Unos, los que están en Madrid, publicando en pleno verano la autorización definitiva para que Repsol efectúe los sondeos exploratorios frente a Canarias. Otros, los de aquí, subiendo el tono de sus declaraciones indicando que Soria miente al pregonar este que Rivero, en realidad, está a favor de las prospecciones. Entre medias Repsol, financiando medios de comunicación locales con una publicidad ingenua que trata de lavar la imagen de la petrolera en el Archipiélago.

Plataformas petrolíferas en el puerto de Santa Cruz
Una tensión calculada por todas las partes implicadas. Aderezada con las pertinentes promesas de beneficios fiscales (insuficientes para compensar riesgos) y, como no, el sempiterno mantra de la creación de miles de empleos asociados a la industria extractiva (inflados para comprar voluntades). Cuando la tensión ciudadana es controlada por los partidos políticos estos se aseguran cierta movilización en próximas citas electorales. Pero sobre todo logran afianzar el dominio de los conflictos y por tanto la imposición de “soluciones” que más interesan a sus planes de futuro.

Entre los planes de CC está la celebración, antes del 30 de noviembre, de una consulta para recabar la opinión de la ciudadanía, en palabras del propio Rivero. El desprecio del Ejecutivo de Mariano Rajoy ha sido tal que Rivero siente ahora la necesidad de escuchar la voz del pueblo. Una voz que él mismo y el aparato de CC en Canarias se ha negado a atender, ninguneándola en conflictos ecosociales de vital trascendencia para la economía, la sociedad y el medio ambiente canario. Ahí están los casos del Proyecto Monumental de Tindaya en Fuerteventura, el Puerto Industrial de Granadilla (es imprescindible, Rivero dixit frente a 52.000 voces en contra) y el anillo insular de Tenerife, la aprobación fraudulenta del catálogo de especies protegidas, las intenciones de introducir el gas en el Archipiélago, el bloqueo a las energías renovables, la negativa a una reforma honesta de la ley electoral canaria y un sin fin de casos en los que el Gobierno de Canarias se ha pasado por el arco del triunfo la contestación ciudadana y la opinión de los canarios.

Con esto de los sondeos petrolíferos frente a las Islas parece que al Parlamento de Canarias le molesta la imposición unilateral por parte del Gobierno de España de unas prospecciones petrolíferas que afectan al interés general de las Islas. Ciertamente ha sido una imposición, un abuso de autoridad del actual Ejecutivo dirigido por Rajoy. Uno más. Pero no es menos cierto que al propio Parlamento de Canarias (lo que involucra al resto de partidos políticos que se han alternado en la jefatura de gobierno autonómica) le ha molestado desde siempre la opinión de los canarios sobre los más diversos temas. En las hemerotecas están todas las iniciativas legislativas populares presentadas. Valiosos apoyos de un conjunto significativo de ciudadanos que fueron tirados a la basura por la máxima institución política en Canarias (construcción del puerto de Granadilla, protección del barranco de Veneguera, crecimiento turístico cero, etc).

La discriminación y la falta de sensibilidad del Parlamento canario para con determinados colectivos sociales ha sido de tal calibre, que en ocasiones los partidos políticos que lo conforman han pergeñado de forma arbitraria y discrecional lo que se debe considerar de interés general, sacando adelante iniciativas que solo han favorecido sus intereses clientelares. Utilizar los procedimientos democráticos según convenga para justificar o dejar de justificar determinadas decisiones, es una absoluta degradación de la Democracia. Y este presunto referéndum es un ejemplo de ello. Algunos ya lo han tachado de simulacro, para otros esta no es la consulta que realmente necesitábamos. 

Ejecutar sondeos petrolíferos frente a Canarias es una agresión más que debemos añadir a las numerosas embestidas recibidas por el Archipiélago y que debemos evitar. Pero si se convoca una consulta por el actual Ejecutivo en los términos indicados por este, quien les escribe no participará en la misma. No es más que una comedia al servicio de los intereses de Coalición Canaria y su socio de gobierno, el PSOE, verdaderos especialistas en ignorar la opinión del ciudadano canario cuando les interesa.

El verdadero proyecto de futuro para Canarias pasa por hacer una apuesta sin fisuras por el ahorro energético y las energías renovables. Este es un clamor ciudadano expresado en numerosas ocasiones. Que el gobierno canario escuche a su gente e impulse pasos en ese sentido, tienen los medios para ello y suficiente poder. Eso se llama coherencia política o si quieren simple y llana honestidad. Algo que desgraciadamente falta mucho en esta tierra.

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