lunes, 29 de septiembre de 2014

Contra la inseguridad vial, calmar el tráfico

 
La esperanza de reducir la siniestralidad con infraestructuras más potentes sigue interiorizada con gran fuerza en la mayoría de la población.
Esteban & Sanz. Hacia la reconversión ecológica del transporte en España. 1996

¿Se puede reducir la siniestralidad de una vía incorporando mejoras en la infraestructura? Es posible que sí, pero solo hasta cierto punto. En general, se sobrevalora la responsabilidad de la infraestructura en la accidentalidad. La razón radica en que es el comportamiento del conductor del vehículo el que determina el riesgo de accidente en la gran mayoría de siniestros. De hecho, si el entorno de la conducción se percibe como menos arriesgado, el comportamiento de los conductores tiende a hacerse más temerario y por tanto mayor es la probabilidad de siniestralidad. Esto es lo que mantiene, entre otras cosas, un magnífico libro no suficientemente leído ni divulgado, escrito hace casi dos décadas por Antonio Esteban y Alfonso Sanz. Hacia la reconversión ecológica del transporte en España da cuenta, además, de cómo interactúan la demanda de seguridad vial y la mejora en las infraestructuras en un bucle perverso que se refuerza mutuamente para impulsar el predominio del vehículo privado en los desplazamientos motorizados.

Esta introducción nos sirve para entender por qué cualquier problemática vinculada al tráfico de vehículos en las Islas se intenta resolver con el remedio de la ampliación de las arterias de circulación. Una forma de proceder que revela una determinada cultura muy vinculada a la ideología económica dominante que interpreta como presunta solución, casi única, la estrategia de albergar una masa de vehículos en continuo crecimiento a través del ensanche de las vías existentes. Un paradigma obsoleto que obvia el impacto medioambiental, social y económico de dedicar una mayor superficie al vehículo privado.

Diario de Avisos
La pasada semana colectivos que agrupan a las asociaciones de gruistas (ACEAC) y de camioneros (Acotransa) han alertado, con razón, de la existencia de insuficiente espacio en las autopistas del Sur (TF1) y del Norte (TF5), en la Isla de Tenerife, para realizar tareas de auxilio a vehículos siniestrados. La clave, según estas asociaciones está en las vallas colocadas en estas vías por el Cabildo hace dos años. Dichas vallas han estrechado el espacio disponible en el arcén provocando situaciones de peligro que podrían derivar en graves accidentes, como desgraciadamente ya ha ocurrido. Ante semejante denuncia, se ha empezado a hablar de prolongar el espacio disponible en los arcenes y de ahí a la necesidad de ensanchar el viario de la TF1 y la TF5, con las afecciones que sobre viviendas y espacio provocaría esta medida.

No negamos la existencia de riesgos reales en nuestras carreteras que deben ser prontamente mitigados pero ¿Por qué ante problemas de congestión o de inseguridad vial en nuestras carreteras se vende como solución la prolongación de los viales? ¿Es que no hay otras opciones? No puede ser que ante la detección de deficiencias en las autovías de cualquiera de las Islas, se opte por ampliar las dimensiones de las mismas. Vivimos en un territorio con claros límites naturales. Si continuamos ampliando la superficie dedicada al vehículo privado, acabaremos por destinarle los mejores espacios. De hecho, hace años que este es el paradigma desde el que se afronta cualquier dilema que tenga que ver con el tráfico en Canarias (anillos, túneles, puentes elevados, rotondas,…), sin que se perciba una solución definitiva (continúan los atascos, los accidentes, la contaminación por CO2…). Flaco favor hacemos a nuestro territorio, a nosotros mismos y a las generaciones futuras si continuamos con esta forma de pensar.

Debemos reflexionar de otra manera. Frente a ofertar más infraestructuras que tratan de contener un volumen de vehículos creciente, con profundas afecciones medioambientales y sociales que se ignoran en un territorio limitado y escaso; ante falsas salidas vendidas a la opinión pública como mejoras en las seguridad vial que terminan por materializarse en una dilatación del espacio brindado a las carreteras, consumiendo más y más lugares valiosos, ¿por qué no aplicar soluciones desde otra perspectiva?. Por ejemplo ¿Por qué no reducir la velocidad máxima en las vías de alta capacidad? Si, tal y como indica el consejero insular de carreteras, la TF5 ni siquiera es una autopista, ¿por qué se permite circular a tales velocidades? La excesiva velocidad se ha convertido en la causa directa o complementaria de gran parte de los accidentes de tráfico. ¿Por qué no suprimir carriles dedicados al vehículo privado de forma progresiva y enmarcado en un plan a medio plazo? ¿Por qué no destinar un espacio mayor sobre las vías ya construidas al transporte colectivo? ¿Por qué no habilitar pequeños apartaderos aprovechando espacios inutilizados en el trazado de las vías?

No solamente hay otras opciones posibles, sino que la mejor política contra la inseguridad vial y la omnipresencia del coche es la de calmar el tráfico existente, esto es, reducir no solo el uso y el número de los vehículos sino también la velocidad a la que circulan, el espacio que ocupan y su actual predominio sobre los restantes usuarios de las vías públicas, con el fin de equilibrar la relación de fuerzas entre los distintos modos de transportes (Esteban & Sanz. 1996).

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Revisión crítica de dos décadas de poder establecido en Canarias


Solo cuando estás en la ruina descubres que hay que comer todos los días, fíjate qué bobada. 

Rafael Chirbes. En la orilla. 2013. 

Resulta cómico ver a Rivero y a Pérez con la misma fecha de caducidad como responsables del Gobierno de Canarias. Pero más cómico es escuchar a algunos decir que Rivero va a fundar un nuevo partido político con el que concurrirá a las Municipales de 2015. ¿Alguien en su sano juicio votaría a ese presunto partido después de que Canarias, que pareció un artefacto en ascenso durante la primera etapa nacionalista, un aerostato que surcaba los cielos durante la mal llamada década prodigiosa, pinchara hasta estamparse contra el suelo y ardiera en llamas? Dudoso parece pero en esta tierra todo es posible. No obstante, aprovechando la próxima sustitución de las cabezas visibles de la jefatura de gobierno canaria, podemos reflexionar sobre lo que ha significado para este Archipiélago la presencia en el Gobierno del PP, del PSOE y sobre todo de CC en los últimos tiempos.

Esa década a la que llaman prodigiosa, cuyos presuntos avances se atribuye CC (accede al poder en el año 93), es la que va desde 1996 a 2007. Periodo en el que supuestamente se reconocieron las especificidades del Archipiélago en la UE y se convalida el Régimen Económico y Fiscal (REF). Es la fase en la que el sector turístico canario se consolida como actividad masiva. El ciclo en el que se produce un florecimiento económico y social asociado a una mejora de las infraestructuras, derivada, a su vez, de los flujos económicos que llegaban a raudales desde la UE. Un caudal de dinero que permitió, en palabras de los nacionalistas y sus acólitos, que Canarias progresara (ese era el término que utilizaban) como nunca en sus 500 años de historia. Los nacionalistas acostumbran a proclamar que esa era fue posible por su presencia activa en Madrid y en Europa (la voz de los canarios). Una presencia que permitió un fértil régimen de pactos para las Islas con los partidos políticos nacionales.

Pero más allá de esos fastos y de esa propaganda política, lo cierto es que también fue una época donde las desigualdades estructurales no se mitigaron. Un ciclo en el que los responsables políticos no se preocuparon por analizar el destino final de aquél torrente de recursos económicos; si solucionaban problemas enquistados a nivel social, económico o medioambiental, o si por el contrario los agravaba o posponía en el tiempo. Fue una era en la que la corrupción avanzó, furtiva e impune, oculta como un gusano que devora el interior de cualquier ser vivo y solo deja la apariencia de la piel exterior. Un lapso de tiempo en el que se creó un REF a la medida de un tipo particular de empresarios locales, con poco recato en valorar los efectos negativos que tendría sobre el resto de agentes sociales. Y ¿qué pasó con la producción cultural propia? Se le prestó nula o poca atención. Pero se hizo todo lo posible por organizar conciertos masivos (e ilegales) en playas turísticas con estrellas internacionales.

Durante aquel tiempo se apuntaló el monocultivo turístico, desdeñando otras posibilidades de la economía canaria vinculadas a su agricultura, a sus fuentes de recursos renovables o más importante aún, a la creación de una economía del conocimiento (universidades y enseñanza de calidad, I+D+i, …) que aportara un valor añadido diferencial para las Islas. También, fue aquella una época miserable porque los tres partidos mayoritarios, pero sobre todo CC y PP, perpetraron una reforma de la Ley Electoral canaria que elevó las barreras electorales. Un blindaje (el más alto de España y de Europa) que ha favorecido a los tres partidos mayoritarios y ha dejado fuera del Parlamento otras sensibilidades políticas que existen en Canarias. Como los trileros, jugaron con las cartas marcadas para mantener el poder político.

El Diario.es
El impacto de la crisis que vive el Archipiélago en la actualidad ha sido proporcional a todos esos problemas no solucionados durante la sedicente década prodigiosa. El hundimiento de hoy, la incapacidad para afrontar colectivamente esta crisis de forma menos dolorosa se incubó en esa década que algunos presentan como exitosa. Un hundimiento macerado lentamente en esos años de pompa en ausencia de una prensa local crítica y combativa. Todo ello adobado, todo hay que decirlo, por cierta renuncia de nuestras responsabilidades ciudadanas para con nuestros políticos. Al menos hasta las activas y masivas movilizaciones en los primeros años del s. XXI (pioneras en España en poner en solfa un modelo de desarrollo economicista y una manera de tomar decisiones autoritaria). 

Y este Gobierno que ha sido comandado por Rivero (llegó y se irá sin ganar una sola convocatoria electoral) a partir de aquel año que prologó la crisis (2007), primero en compañía del popular Soria (amigos para siempre parecían) y luego en asociación con el socialista Pérez (hacía mucho frío en la oposición), ha sido responsable de la profundidad del naufragio, de la invalidez para que Canarias se levante puesto que sus políticas han variado muy poco. Aquellos débiles cimientos explican las causas y consecuencias del colapso: el actual retraso escolar; la baja calidad de nuestra enseñanza; una desigualdad de las más altas de España y el salario medio anual más bajo del territorio peninsular. También una ley de Dependencia mal aplicada y de las menos dotadas; una sanidad privatizada y deteriorada, que tiene su dramática expresión en unas listas de espera inaceptables por una sociedad que se autodenomina desarrollada. Un sector turístico disparado sin efecto sobre un desempleo galopante; un mínimo y olvidado sector industrial; una de las regiones con más políticos imputados (en causas judiciales que se alargan y enquistan)….De aquellos polvos estos lodos, de aquel boato esta austeridad impuesta y tergiversada, de aquel griterío de las élites esta desesperación común.

Y ahora que está de moda hablar de democracia interna en los partidos, cuando se habla de regeneración política en las Islas, cuando los partidos que han (mal)gobernado Canarias rebuscan en sus aparatos nuevas caras que ilusionen (¿nuevas políticas también o solo nuevos candidatos para que todo cambie pero todo siga igual?) para las próximas Municipales y Generales de 2015, pretenden que ignoremos lo que han consumado en estas dos últimas legislaturas: una tasa de paro que supera un tercio de la población activa; más infraestructuras de dudosa utilidad social que llenan un territorio frágil y limitado; un catálogo de especies protegidas fraudulento; el apoyo de los tres partidos a la implantación del gas en las Islas; el retraso deliberado al avance de las renovables; un apreciable índice de pobreza y desigualdad; miles de canarios que han abandonado su tierra o la negativa a una reforma honesta de la Ley Electoral canaria.

Por eso cuando Rivero anuncia, en el crepúsculo de su gobierno y después de 6 años de crisis y una década prodigiosa (solo para algunos), una reforma fiscal para que paguen más los que más tienen (¿van a derogar la RIC, van a luchar con más fuerza contra el fraude fiscal, van a combatir la economía sumergida?) no queda más que denunciar su infinita desvergüenza. Cafres que han hecho lo que han querido en estas Islas de espaldas a la ciudadanía.

Para desbancar a Coalición Canaria del poder, para desalojar a PP y PSOE como sempiternos compañeros de viaje de los nacionalistas en la jefatura de gobierno, solo hace falta presentar un programa político que tenga como único y último fin gobernar para la gente. Y cumplirlo, sobre todo cumplirlo. Tan fácil y tan difícil. Democracia en estado puro.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Tramo norte del anillo insular; pura mitología


….sólo la reducción de la demanda de transporte (mediante precios y otras medidas de gestión) puede generar limitaciones significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero…. 


Las infraestructuras arrastran consigo una potente carga mitológica (Alfonso Sanz, 2009). Esa carga mitológica está vinculada a la cultura dominante que sitúa el credo del progreso (crecimiento) como la aspiración total de toda sociedad. Entre los mitos de las infraestructuras destacan la de generar un volumen ingente de empleo, proporcionar libertad a la sociedad que la alberga, también desarrollo y hasta bienestar. Con términos tan magnánimos muchas veces se logra sepultar cualquier atisbo de debate, crítica o cuestionamiento que provenga de colectivos que se pregunten por la idoneidad social de las obras, y sobre todo por cómo se justifican desde instancias políticas y empresariales.

El Día
Por eso aquellos que osan criticar la construcción de infraestructuras están destinados a sufrir en sus carnes el desprecio y las descalificaciones de quienes las promueven e impulsan (también de sus acólitos). Al fin y al cabo, poner en solfa el dogma de las infraestructuras supone criticar la correlación de fuerzas presentes en el sistema económico y político dominante. Es decir, implica interpelar sobre la idoneidad del marco institucional que favorece los intereses económicos y políticos de las élites que han propulsado esas obras de ingeniería, frente a los grupos sociales damnificados por las mismas. Supone, en definitiva, cuestionar a qué llamamos progreso, desarrollo o bienestar.

Esta breve introducción nos sirve para entender las razones de tanta pompa en la apertura del tramo norte del anillo insular que discurre en Tenerife entre Icod de los Vinos y El Tanque. La Ministra de Fomento se desplazó a la isla para la inauguración de la obra y junto a ella estuvieron multitud de personalidades de la alta política canaria. La imagen retrotraía a tiempos cercanos en nuestra memoria. A aquella España anterior a la crisis que inauguraba rotondas, aeropuertos, autopistas de pago, AVEs, superpuertos y demás infraestructuras con las que cualquier político quería sacarse la foto pero cuya utilidad real y colectiva, a posteriori, ha sido más bien poca.

Frente a la actitud pasiva y seguidista que mantiene cierta prensa local, glorificando la obra efectuando solo un análisis en términos del tiempo que permite ahorrar respecto de la vía ya existente (entre 14 y 18 min. de ahorro diario en un trayecto de ida y vuelta), es conveniente cuestionar el nuevo trayecto inaugurado desde otros puntos de vista que entendemos más ricos, más plurales y sobre todo por higiene mental:

¿Qué clase de sociedad es aquélla que sitúa en un lugar preferente de su relación de valores el ahorro temporal obtenido frente a las afecciones sociales y medioambientales producidas por la vía? ¿Cuáles han sido los verdaderos objetivos que han movido la construcción de la infraestructura y que no han sido explicitados por sus promotores políticos y económicos? Existe una importante bolsa de terrenos aledaños al nuevo trayecto que se revalorizarán y por tanto serán susceptibles de recalificación (aquí un recorrido a vista de pájaro) ¿Qué negocios inmobiliarios o de otro tipo están pergeñando quienes han ideado el trazado de la infraestructura? ¿Quiénes serán los beneficiarios de los mismos y quiénes los afectados?

¿No supone una pérdida irreparable para Tenerife el volumen de terrenos de cultivo dañados, suelo con gran valor agrícola, natural y etnográfico? ¿Qué importancia otorgamos a la pérdida de esas bolsas de terreno de calidad en un territorio limitado donde escasean, cada vez más, este tipo de tierras? ¿Se ha valorado lo que supondrá para los residentes la ruptura de los vínculos de vecindad que imprime el trazado a lo largo de sus 12 Km.? ¿Cómo? ¿Son menos importantes esas relaciones de cercanía construidas durante tanto tiempo frente al ahorro de tiempo? ¿Cómo se justifica?

¿Qué podemos decir del discurso ecologista y ambientalista utilizado últimamente por el Gobierno de Canarias, al detectar que el recorrido de este tramo pasa por encima del límite norte de la Reserva Natural Especial del Chinyero, cuya extensión se redujo mediante una disposición para que la autovía pudiera construirse? ¿Los promotores de la obra se han percatado de los daños materiales que provocarán potenciales accidentes, el ruido o la contaminación que insuflará el transporte motorizado sobre la zona? ¿Qué papel juegan estos inconvenientes a la hora de valorar la idoneidad de la intervención? ¿Se han valorado correctamente las ventajas de esta obra o se han obviado los efectos contraproducentes sobre el ámbito social y ambiental de la zona?

¿Se soluciona el problema del tráfico en la Isla con esta obra? ¿No supone posponer su solución efectiva y además asegurar la aplicación de un determinado tipo de intervenciones basadas en el mismo modelo; construir más vías, ampliar las ya existentes, proyectar más rotondas o pasos elevados,…? ¿Se puede atacar la problemática del tráfico desde otros puntos de vista basados en la creación de cercanía y proximidad, potenciar un transporte colectivo y público, reducir el uso del vehículo privado…? ¿Interesan esas soluciones reales a nuestros políticos? ¿Las permite nuestro marco institucional?

domingo, 14 de septiembre de 2014

Proceso participativo del Plan Especial de Las Teresitas: algunas cuestiones


El pasado mes de agosto el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife puso en marcha un interesante proceso participativo que tiene como fin diseñar el Plan Especial de Las Teresitas. El proceso se articula en base a entrevistas, encuestas presenciales en la orilla de la playa y virtuales, talleres, un kiosco instalado en la propia costa, así como campañas para concienciar al ciudadano de la importancia de preservar el territorio.

Bienvenida sea toda iniciativa que pretenda recoger y captar las demandas del ciudadano y potenciar su participación en asuntos públicos. Sobre todo en relación a la playa de Las Teresitas, un lugar emblemático para mucha gente de Santa Cruz de Tenerife (y también del resto de la Isla) por razones emotivas, nostálgicas, porque es prácticamente la única playa de la capital y porque desgraciadamente ha estado asociada a proyectos frustrados o fracasados, muchas veces por las malas prácticas de sus principales promotores (privados o públicos).

No Incineración
A tenor de lo publicado en prensa parece que la gente está participando e interviniendo en el proceso. Al menos están colaborando en las encuestas y las entrevistas programadas. Lo que demostraría que el ciudadano participa en los asuntos públicos que le incumben cuando se le da la oportunidad, más allá de los engorrosos y protocolarios procesos de alegaciones que siguen a la exposición pública de los planes urbanísticos.

Sin querer ser exhaustivos, las siguientes cuestiones son el resultado de una fugaz aproximación al proceso de quien escribe, a través del cuestionario de participación que hay colgado en la web. Tienen el objetivo de poner un modesto grano de arena que sirva para reflexionar sobre algunos aspectos poco o nada divulgados o debatidos por el Ayuntamiento y la prensa local, al menos de forma pública:

En los talleres que el proceso de participación pretende celebrar ¿Estarán presentes distintos colectivos que atesoren diferentes sensibilidades en relación a la playa? ¿Serán talleres plurales? ¿Hay algún colectivo no invitado o que no desee participar y por qué? ¿Se facilitará el conflicto entre las diferentes sensibilidades de los grupos invitados como forma de llegar a un consenso? ¿Se usará la capacidad de influencia en el Ayuntamiento de algunos de esos grupos para diseñar un Plan Especial conforme a sus intereses? ¿Existen cortafuegos en el proceso participativo para evitarlo?

¿Cómo se trasladarán las demandas ciudadanas reunidas a través de las entrevistas, los talleres, la carpa, etc, a aquéllos que deben tomar las decisiones que configurarán el Plan Especial? ¿Qué metodología se va a emplear para ello? ¿Se logrará atesorar con acierto las demandas de la ciudadanía y transformarlas en un proyecto inclusivo y democrático que sepa congregar y satisfacer, de veras, las necesidades ciudadanas respecto a este espacio? ¿Existe garantías para que el Ayuntamiento o alguno de los grupos implicados no coopten el proceso y lo reoriente según sus intereses?

¿Qué coste económico supondrá para el ayuntamiento de Santa Cruz la organización, promoción y puesta en marcha de este proceso participativo? ¿Con qué presupuesto cuenta la institución? ¿Es una suma suficiente para encarar un proceso que pretende ordenar una de las zonas más sensibles de la Isla? ¿Quién o quiénes han sido contratados por parte del consistorio para este proceso participativo? ¿Se trata de entidades públicas o privadas?

¿Qué grado de compromiso tiene el Consistorio capitalino con este proceso de participación? Esto es, ¿Si hay un cambio de gobierno en las próximas elecciones municipales, qué garantías existen de que el nuevo equipo de gobierno recoja el testigo del proyecto y prosiga su andadura implementando y en su caso mejorando el proceso? ¿Pretende el Ayto. de la capital extender estos procesos de participación ciudadana a otras problemáticas que afectan a la ciudad en el ámbito medioambiental, social, económico, cultural,…? En caso afirmativo ¿a cuáles? En caso negativo ¿Por qué no?

¿Son de calidad las respuestas obtenidas hasta el momento por los participantes en las entrevistas presenciales y/o vía web? ¿Tienen un sentido propositivo o se limitan a mencionar meras intenciones utópicas?

¿Cómo afectará este proceso participativo al edificio de aparcamientos y locales comerciales de Las Teresitas conocido como mamotreto, si del proceso se desprende que la ciudadanía desea mantenerlo en pie y de alguna forma reciclarlo en una infraestructura que alberge alguna actividad? ¿Se usará este proceso como excusa para legalizar un edificio que parece ser ilegal?

lunes, 8 de septiembre de 2014

No votaré en consultas adobadas


Enfebrecidos por sus propias proclamas, los portavoces gubernamentales ya enmarcan todo esto en la "regeneración democrática". De modo que regeneración democrática ya no consiste en echar abajo la indecentes barreras electorales que constituyen una prótesis hiriente de la voluntad electoral de los canarios, en aras de la centralidad política de Coalición Canaria 


¿No hay algo perverso en apoyar una consulta promovida por un grupo de gobierno caracterizado por desoír la voz de los canarios? Estoy contra las prospecciones pero no votaré en consultas adobadas por el Poder Establecido en las Islas. No pienso participar en esa bufonada en torno a las prospecciones que prepara el Gobierno de Canarias. Una patraña a la que han llamado referéndum, que llega tarde y que el Ejecutivo autonómico maquina revistiéndolo con aires democráticos pero que no es más que una farsa. Puro humo a su servicio. Por supuesto, esto es una opinión personal.

Ha sido un verano agitado en relación al asunto de las prospecciones petrolíferas. Rivero y Soria han puesto su particular granito de arena para tensar las relaciones institucionales entre el gobierno central y el autonómico. Unos, los que están en Madrid, publicando en pleno verano la autorización definitiva para que Repsol efectúe los sondeos exploratorios frente a Canarias. Otros, los de aquí, subiendo el tono de sus declaraciones indicando que Soria miente al pregonar este que Rivero, en realidad, está a favor de las prospecciones. Entre medias Repsol, financiando medios de comunicación locales con una publicidad ingenua que trata de lavar la imagen de la petrolera en el Archipiélago.

Plataformas petrolíferas en el puerto de Santa Cruz
Una tensión calculada por todas las partes implicadas. Aderezada con las pertinentes promesas de beneficios fiscales (insuficientes para compensar riesgos) y, como no, el sempiterno mantra de la creación de miles de empleos asociados a la industria extractiva (inflados para comprar voluntades). Cuando la tensión ciudadana es controlada por los partidos políticos estos se aseguran cierta movilización en próximas citas electorales. Pero sobre todo logran afianzar el dominio de los conflictos y por tanto la imposición de “soluciones” que más interesan a sus planes de futuro.

Entre los planes de CC está la celebración, antes del 30 de noviembre, de una consulta para recabar la opinión de la ciudadanía, en palabras del propio Rivero. El desprecio del Ejecutivo de Mariano Rajoy ha sido tal que Rivero siente ahora la necesidad de escuchar la voz del pueblo. Una voz que él mismo y el aparato de CC en Canarias se ha negado a atender, ninguneándola en conflictos ecosociales de vital trascendencia para la economía, la sociedad y el medio ambiente canario. Ahí están los casos del Proyecto Monumental de Tindaya en Fuerteventura, el Puerto Industrial de Granadilla (es imprescindible, Rivero dixit frente a 52.000 voces en contra) y el anillo insular de Tenerife, la aprobación fraudulenta del catálogo de especies protegidas, las intenciones de introducir el gas en el Archipiélago, el bloqueo a las energías renovables, la negativa a una reforma honesta de la ley electoral canaria y un sin fin de casos en los que el Gobierno de Canarias se ha pasado por el arco del triunfo la contestación ciudadana y la opinión de los canarios.

Con esto de los sondeos petrolíferos frente a las Islas parece que al Parlamento de Canarias le molesta la imposición unilateral por parte del Gobierno de España de unas prospecciones petrolíferas que afectan al interés general de las Islas. Ciertamente ha sido una imposición, un abuso de autoridad del actual Ejecutivo dirigido por Rajoy. Uno más. Pero no es menos cierto que al propio Parlamento de Canarias (lo que involucra al resto de partidos políticos que se han alternado en la jefatura de gobierno autonómica) le ha molestado desde siempre la opinión de los canarios sobre los más diversos temas. En las hemerotecas están todas las iniciativas legislativas populares presentadas. Valiosos apoyos de un conjunto significativo de ciudadanos que fueron tirados a la basura por la máxima institución política en Canarias (construcción del puerto de Granadilla, protección del barranco de Veneguera, crecimiento turístico cero, etc).

La discriminación y la falta de sensibilidad del Parlamento canario para con determinados colectivos sociales ha sido de tal calibre, que en ocasiones los partidos políticos que lo conforman han pergeñado de forma arbitraria y discrecional lo que se debe considerar de interés general, sacando adelante iniciativas que solo han favorecido sus intereses clientelares. Utilizar los procedimientos democráticos según convenga para justificar o dejar de justificar determinadas decisiones, es una absoluta degradación de la Democracia. Y este presunto referéndum es un ejemplo de ello. Algunos ya lo han tachado de simulacro, para otros esta no es la consulta que realmente necesitábamos. 

Ejecutar sondeos petrolíferos frente a Canarias es una agresión más que debemos añadir a las numerosas embestidas recibidas por el Archipiélago y que debemos evitar. Pero si se convoca una consulta por el actual Ejecutivo en los términos indicados por este, quien les escribe no participará en la misma. No es más que una comedia al servicio de los intereses de Coalición Canaria y su socio de gobierno, el PSOE, verdaderos especialistas en ignorar la opinión del ciudadano canario cuando les interesa.

El verdadero proyecto de futuro para Canarias pasa por hacer una apuesta sin fisuras por el ahorro energético y las energías renovables. Este es un clamor ciudadano expresado en numerosas ocasiones. Que el gobierno canario escuche a su gente e impulse pasos en ese sentido, tienen los medios para ello y suficiente poder. Eso se llama coherencia política o si quieren simple y llana honestidad. Algo que desgraciadamente falta mucho en esta tierra.