martes, 30 de julio de 2013

El turismo ya no es lo que era


Solo el turismo nos sacará de la crisis 

El turismo ya no es lo que era. El informe Impactur 2012 en Canarias, un estudio sobre el impacto económico del Turismo en las Islas que elabora anualmente Exceltur, una asociación integrada por diferentes grupos empresariales vinculados al turismo en España, dice que el PIB del sector turístico canario durante el pasado ejercicio 2012 avanzó un 0,52% respecto a 2011. Aunque el PIB turístico aún no alcanza, en valor absoluto, las cifras de pujanza económica registradas en el año 2007, y si bien observamos una ralentización en la variación interanual respecto a años anteriores (6,9% 2011 vs 2010; 2,3% 2010 vs 2011), el estudio nos indica que el 2012 es el tercer año consecutivo en el que se incrementa ese indicador sectorial. Es decir, el sector turístico canario encadena tres años de incremento en sus niveles de actividad. De este modo su aportación al conjunto de la economía canaria crece hasta el 29,6%.

Playa del Inglés. Gran Canaria.
Un crecimiento que se produce por el buen comportamiento de los dos principales mercados emisores extranjeros, en concreto, el británico y el alemán, que juntos suponen más del 50% del consumo turístico extranjero en las Islas. En esta evolución positiva también ha jugado un papel importante el consumo turístico de residentes canarios con un crecimiento del 7,5% respecto al año anterior. Todo ello ha compensado el descenso pronunciado del consumo de los turistas nacionales que, como consecuencia de la crisis, se hundió durante el 2012 un 17,5%.

Desde el punto de vista del empleo hay que señalar que durante el 2012 el sector turístico canario generó un total de 255.121 empleos lo que supone el 34,7% del empleo total de la economía canaria. Si cruzamos la evolución del PIB turístico con el comportamiento del empleo en las Islas, podemos observar el verdadero efecto que está produciendo sobre el empleo el crecimiento económico. Si bien durante los últimos tres años el indicador de actividad económica registra incrementos positivos, no se registran aumentos equivalentes significativos en el volumen de empleo en Canarias.

Al contrario, el volumen de empleo en el sector turístico tiende a mantenerse estancado alrededor de los 256.000 empleos, presentando unas tasas de variación interanual de -0,4% para 2010, de 1,6% para 2011 y de -1,4% para 2012. Es decir, los incrementos en el PIB turístico se resuelven con descensos o, en su caso, leves crecimientos en el nivel de empleo. Incluso en los años donde más crece el PIB turístico, el empleo no registra un avance relevante. Sirvan de ejemplos el año 2011 (PIB 2011 vs 2010: +6,9%. Empleo 2011 vs 2010: +1,6%) o el año 2007, previo al desencadenamiento de la crisis financiera internacional (PIB 2007 vs 2006: +2%. Empleo 2007 vs 2006: +0,4%).

Con estos datos, que no son nuevos, sorprende que desde el Gobierno de Canarias y demás agentes económicos se siga creyendo que el sector turístico, nuestro sector turístico, masivo y casi exclusivamente de sol y playa, pueda recuperar los indicadores sociales más relevantes de la actual situación socioeconómica canaria; nos referimos al nivel de desempleo, a los índices de pobreza o las tasas de desigualdad. ¿Es realista creer que nuestro sector turístico, por sí solo, tiene el potencial suficiente para situar a las Islas entre las comunidades españolas con mayor bienestar? ¿Es coherente apelar a esa idea tan extendida de que recibir más turistas será beneficioso para el archipiélago, sin tener en cuenta el deterioro ambiental que se produce en paralelo? ¿Es coherente perseguir el crecimiento continuo e indefinido del PIB del sector turístico? ¿Es beneficioso para la economía canaria mantener una dependencia tan alta de un solo sector económico sin un impulso de otras actividades que contribuyan a crear una economía diversificada? ¿La Ley de Renovación y Modernización Turística de Canarias tiene en cuenta estos comportamientos al objeto de combatirlos? Si Canarias es la primera región turística de Europa según Eurostats, ¿Cómo podemos hacer para que la riqueza generada en dicho sector revierta positivamente sobre todos los ciudadanos canarios? ¿Existe interés desde el Gobierno, las principales organizaciones empresariales del turismo canario, los sindicatos o la patronal en el reparto de esa renta?

Más que un plan contra la pobreza, que también, lo que necesita Canarias es un proyecto contra la riqueza de algunos. Una estrategia dirigida a la redistribución de la riqueza que generan algunos sectores vitales en la economía canaria como es el turismo, de forma que su fortuna se pueda repartir conforme a criterios de justicia y cohesión social. Un plan que debe ir acompañado por la limitación de los privilegios que los principales grupos empresariales turísticos gozan en la actualidad en las Islas.

viernes, 26 de julio de 2013

La otra parte contratante; grandes empresarios

  
Bárcenas viene, procesalmente hablando, de Gürtel, pero es Gürtel lo que se integra en Bárcenas y no al revés. Dicho de otro modo, Gürtel, primero en el tiempo judicial, es una manifestación del sistema de financiación del PP, que encarna Bárcenas, como encargado, más o menos leal o aprovechado, de la trama. 

Según Manuel Villoria, miembro de la Junta Directiva de Transparencia Internacional España, el problema no es la financiación pública sino "la dependencia de unas empresas que pueden coaccionar a los partidos para conseguir contratos públicos. Una connivencia que hemos visto en el Caso Bárcenas en el PP, entre otros". 

En la documentación del caso Bárcenas que ha trascendido figuran nombres de empresas y empresarios que supuestamente realizaron cuantiosas donaciones al Partido Popular. Algunos medios han detectado una correlación directa entre las aportaciones económicas al partido y las adjudicaciones de contratos o subvenciones públicas realizados por gobiernos del Partido Popular a esas mismas empresas. OHL, Sando, FCC, Sacyr, Azvi, Aldesa y otras aparecen mencionadas en esos papeles. La justicia dictaminará si esos indicios son constitutivos de delito, siempre que la dejen trabajar con independencia, claro.

El Roto
También figuran empresas canarias entre los donantes. Algunas de ellas han sido Cointe, Gestiones y Asesoramientos 3.000, Trabajos y Servicios Canarios. Además, existen empresarios canarios que han reconocido abiertamente hacer donaciones a los diferentes partidos políticos. Algunos de ellos defienden, incluso, las presuntas virtudes de un sistema de entregas económicas a partidos de carácter privado y transparente. De los evidentes conflictos de interés que subyacen con este tipo de comportamientos no hablan. ¿Por qué un individuo o corporación habría de tener interés en realizar aportaciones económicas a los partidos políticos? Obviamente porque en términos políticos y/o económicos espera obtener un rédito.

La clase política tiene una responsabilidad directa en esta crisis-estafa por dejarse manipular por quienes, en la trastienda del sistema político, maniobran para utilizarlos y orientar su actividad ejecutiva y legislativa hacia la satisfacción de sus intereses. Como garantes de la soberanía popular y porque han sido elegidos bajo un sistema democrático, su compromiso con el Bien Común debe ser incorruptible, pero la evidencia demuestra que no ha sido así y por ello se les critica. Sin embargo, no estamos viendo que a la clase empresarial, esa que tiene línea directa con La Moncloa o con los partidos políticos, se les repruebe socialmente con la misma intensidad por mantener comportamientos con indicios de ilegalidad o, en todo caso, ilegítimos.

Deberíamos preguntarnos quiénes y por qué extraña razón han logrado desviar nuestra atención sobre la responsabilidad de la gran clase empresarial en el sostenimiento de un sistema corrupto basado en la entrega de aportaciones económicas privadas y cuantiosas. Con el asunto Bárcenas, que no es más que un síntoma de un sistema de financiación de partidos disfuncional y que fomenta la corrupción, está pasando lo mismo que con la responsabilidad del sector bancario en esta debacle. Se han salvado de la quema cuando tienen una responsabilidad directa en el origen de la crisis financiera.

Esa pérdida de enfoque por parte del ciudadano, en cuanto que dirige sus críticas (cuando lo hace) únicamente sobre una parte de los responsables, es una medida del éxito de todos esos individuos y corporaciones que parapetados tras los resquicios de la ley se ocultan para corromper impunemente. Mientras se vilipendia a esas instituciones políticas garantes de la democracia, los grandes grupos empresariales de este país están quedando exonerados y liberados de sus responsabilidades. Igual que exigimos políticos limpios e incorruptibles deberíamos reclamar una clase empresarial cuyo fin no sea otro que el de crear empleo de calidad, innovar y generar un beneficio social del que se favorezca toda la comunidad. En la actualidad, y a la luz de lo que ha trascendido, parece que estos personajes han puesto todo su empeño en redirigir las decisiones políticas para facilitar la captación masiva de rentas.

Deberíamos empezar a señalar mucho más de lo que lo hacemos a todos esos empresarios y empresas que han colaborado en la degradación del sistema político y económico. Porque tan responsable es el que se deja corromper como aquél que, escudándose en una legislación laxa o insuficiente que permite la opacidad, se dedica a corromper. Igual que señalamos a las empresas que producen en condiciones laborales infrahumanas, tendríamos que comenzar a hacer lo mismo con las que financian a partidos políticos de forma nada decorosa, boicoteando el consumo de su productos, denunciando sus prácticas ilegítimas, visibilizando sus discursos contradictorios, en definitiva, a hacerles escrache. Se lo merecen porque de ese comportamiento nace nuestra desigualdad, nuestra pobreza y nuestra crisis.

lunes, 15 de julio de 2013

Donaciones, condonaciones y otros pecados sin confesar

   
Mientras estas instituciones cambian constantemente adoptando nuevas tecnologías, la información sobre cómo funcionan se mantiene en secreto. Mucho de lo que nos presentan, y que utilizamos como base para comprender el mundo, es desiformación diseñada para hacer que esas instituciones luzcan más atractivas para el mundo exterior. Por eso, sólo conociendo la comunicación interna de esas instituciones podemos entender cómo funcionan realmente. Si queremos crear un mundo más justo, si queremos que la humanidad llegue a su ptencial máximo, el primer paso es tener acceso a esa información. 

Julian Assange. Le Monde Diplomatic. Julio 2013. 

En la última reforma de la ley de financiación de partidos, la de octubre de 2012, el Partido Popular argumentó que las donaciones privadas y la condonación de deudas por parte de la banca son positivas si se realizan de forma transparente y bajo suficientes mecanismos de control. Fue la respuesta del actual partido en el gobierno a varias enmiendas a dicha reforma interpuestas por parte de UPN dirigidas a prohibir las donaciones y condonaciones de deuda. Las enmiendas no prosperaron.

Por su parte Rubalcaba, hace solo unos meses, durante el debate del Estado de la Nación, reconoció el fracaso de la normativa que regula la financiación de partidos y propuso en el Congreso elegir una comisión independiente de personas de reconocimiento general para que haga un diagnóstico de lo que pasa, para que nos propongan vías de solución y con ese informe podamos hacer la ley correspondiente. ¿No es precisamente este el cometido del Tribunal de Cuentas? Cuando Rubalcaba hablaba de elegir ¿no repara en que los partidos políticos subvierten la hipotética neutralidad de esa comisión, precisamente al elegir a sus componentes? Las mal llamadas comisiones de expertos creadas para tratar un tema determinado son de todo menos independientes. Normalmente son instrumentos al servicio del poder económico y/o político para otorgar el marchamo de la objetividad o la neutralidad a sus conclusiones. Conclusiones que luego se transforman en políticas contra el interés general de todos los ciudadanos.

Blog Voto en blanco
En el último cuarto de siglo se han redactado tres leyes que tratan de regular la financiación de partidos políticos (1987, 2007 y 2012). Todas ellas han sido insuficientes para garantizar un tratamiento transparente de las tres principales vías de financiación existentes; las subvenciones públicas, las donaciones privadas y la condonación de deudas por parte de la banca. Pero no solo ha fallado el grado de transparencia al que debe aspirar la financiación de partidos. También ha fracasado el control de esos mecanismos de captación de recursos. El Tribunal de Cuentas, el órgano encargado de fiscalizar la contabilidad de las formaciones políticas, presenta un retraso de más de 4 años en el escrutinio de las cuentas de los partidos (las infracciones por este concepto prescriben a los 4 años). Tampoco dispone de la dotación suficiente de personal para realizar sus pesquisas de forma concienzuda y solvente. Por si fuera poco, sus componentes son elegidos por el Parlamento, con lo que es tributario de las mismas entidades que deben investigar.

Estos hechos demuestran que los partidos políticos tienen poca o ninguna voluntad política para regular los mecanismos que permiten su propia financiación, más allá de los discursos buenistas y bienintencionados de todos conocidos. Es normal, se trata de un aspecto que afecta directamente a su funcionamiento económico. Por eso, esperar decisiones contundentes de los partidos políticos para clarificar su financiación es irreal. Sus incentivos para respetar el interés general se minimizan cuando la probabilidad de ganar unos comicios crece cuanto mayor sea el poderío económico de la formación para organizar campañas mediáticas y efectistas. En el mercado político de hoy día, importa más crear la ficción de que una vez alcanzado el poder la formación cumplirá lo pactado, que ejecutar las medidas recogidas en los programas políticos.

El verdadero cisma que ha provocado el Caso Bárcenas no está entre las filas del Partido Popular aún siendo muy grave lo que ha trascendido. El auténtico terremoto radica en el hecho de que confirma, sin género de dudas, los métodos fraudulentos y corruptos de los partidos políticos para captar recursos. Ya sabemos cómo se financia el Partido Popular pero ¿cómo lo hace el PSOE, cómo capta recursos Coalición Canaria, cómo lo hace Izquierda Unida? No deberíamos dejar que las intrigas en el seno del Partido Popular derivadas de las luchas de poder presentes alrededor del asunto Bárcenas nos cieguen. Eso son síntomas como dice Juan José Millás. La financiación de partidos debe aspirar a organizarse de otro modo si queremos regenerar la democracia puesto que es ahí donde reside gran parte de la connivencia entre el poder económico y el político, base de los conflictos de interés y de la corrupción en las democracias representativas. Toda reforma de la democracia debería empezar por esta cuestión. Transparencia, financiación pública o control ciudadano de las cuentas deben ser algunos de los criterios que rijan, a partir de ahora, la contabilidad de las formaciones políticas. Unas organizaciones cuyo funcionamiento es de los más opacos y oscuros de todas las que existen. Otra más de las paradojas que rodean a este sistema político que denominan democracia.

sábado, 6 de julio de 2013

Vendedores de optimismo

  
La cuestión de fondo de las proposiciones económicas no reside en el empleo de los datos estadísticos y modelos de manera errónea o intencionadamente torcida. Ambos casos, incompetencia y falseamiento, no serían posibles de partir las proposiciones de una base ética. (…) La ausencia de moral se oculta detrás de la máscara del cinismo retórico. 


Nuestros dirigentes políticos evitan un análisis honesto de la realidad porque hace mucho tiempo que no gobiernan para el común de los ciudadanos. Necesitan infundir esperanza a las mayorías, eso sí. Precisan hacer creer que se gobierna con la vista depositada en el bienestar de los ciudadanos para facilitar el sostén de esta farsa democrática. Les conviene difundir la ficción de que todos estamos navegando en el barco de la resolución de la crisis. Por eso los brotes verdes de Salgado, los rayos de esperanza de De Guindos, el estamos saliendo de la crisis de Montoro, el hay luz al final del camino de Rajoy o el Canarias avanza, Canarias ha cumplido, Canarias cumple de Paulino Rivero. Socialmente es insano que este tipo de mensajes se conviertan en norma cuando son pura mentira.

La realidad enseña que los únicos que están a bordo de ese barco son los ciudadanos de a pie. Un barco tripulado desde lejos por los políticos, pero que hoy son el trasunto de los grupos económicos que están gestionando la salida de la crisis. Aquéllos toman las decisiones en base a una agenda oculta dominada por éstos que no respeta las más estrictas normas democráticas. Ya ni siquiera se explicita en los programas electorales. Por eso proliferan tanto los mensajes optimistas. Están de moda a pesar de ser fingidos y aunque sean los mismos que los de hace cuatro años porque se está dando el toque final a la gran obra que se está construyendo desde Europa. Una sociedad basada en la austeridad para las clases menos pudientes, sin estado del bienestar, con derechos laborales y humanos degradados.

Incendios en Canarias desde el satélite Aqua. Revista Bienmesabe
Los políticos se agarran a la ocasional evolución positiva de indicadores baladí, que no tienen una incidencia directa en el bienestar diario del ciudadano, para construir todo un discurso favorecedor de los intereses más oscuros de los grupos privilegiados. Se construye así una realidad paralela al margen de la vida diaria del ciudadano con la ayuda de los medios de comunicación y un lenguaje tergiversado, dirigido para crear confusión. O mejor, se deconstruye una realidad social terrible, como muestran todos los indicadores sociales, para hacernos creer que transitamos por el sendero correcto. Para ello se utilizan informes y declaraciones presuntamente objetivas de técnicos, expertos o sabios que no son más que personajes con claros intereses particulares de clase.

¿Qué es peor, lanzar razones infundadas sobre una supuesta recuperación económica en España o en las Islas o hablar con claridad a la ciudadanía para trasladarle la crudeza de la actual situación? Lo primero es, de lejos, la opción más perniciosa porque se basa en mentiras o medias verdades y solo busca extender un optimismo desprovisto de cimientos que contribuye, además, al desprestigio de las instituciones políticas. Una estrategia que ni siquiera persigue fines electoralistas, ya no los necesitan. En las sedicentes democracias europeas de hoy en día se quitan y ponen dirigentes políticos por cuestiones técnicas presuntamente benignas y bienintencionadas para todos. Pero de las causas de esos cambios nada sabemos porque ninguna explicación se nos da. Les interesa mantenerlas ocultas.

Decirle a la ciudadanía lo que ocurre serviría para analizar las causas de la situación que vive España y Canarias y, en consecuencia, proponer una batería de soluciones que permitieran sentar las bases de la recuperación. Un análisis que, si se realiza dando voz a todos los damnificados de la presente coyuntura, posibilitaría escuchar sus carencias y necesidades. Lo que podría ayudar a la participación de estos en la configuración de una estrategia contra la crisis más rica y de mayor calidad. Esta es la esencia de la buena política que desgraciadamente tanto escasea y quieren desterrar. Nos toca hacer ese ejercicio colectivo a nosotros.