miércoles, 27 de marzo de 2013

¿Por qué fracasa Canarias?

  
…los países pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. No lo hacen bien, no porque se equivoquen o por su ignorancia, sino a propósito. Para comprenderlo, tenemos que ir más allá de la economía y el asesoramiento experto sobre lo mejor que se puede hacer y, en su lugar debemos estudiar cómo se toman realmente las decisiones, quién las toma y por qué estas personas deciden hacer lo que hacen. 

¿Por qué fracasan los países? Acemoglu y Robinson. 2012. 

La debacle de Chipre ha vuelto a demostrar que las políticas aplicadas en Europa para capear la presente crisis no están para proteger a los ciudadanos, sino para responder exclusivamente a las necesidades del poder internacional (FMI) y a los intereses del poder central europeo (BCE que es como decir Alemania y la Comisión Europea). Lo que antes era una percepción, es hoy una certeza y sitúa a las instituciones europeas en una delicada tesitura; las descubre como instrumentos de las que se sirve una élite concreta que las controla para alcanzar sus objetivos particulares. No son, por tanto, instituciones inclusivas que garantizan la representación de las diferentes preferencias ciudadanas en base a criterios de pluralidad, y donde su dinámica de funcionamiento interno impide que un grupo determinado de agentes imponga sus intereses por encima de otros.

El libro de moda del pasado año fue Why nations fail. Un extenso pero ameno texto que ha tenido la virtud de recuperar para la reflexión económico-política, precisamente, el grado de calidad que presentan las instituciones que rigen el comportamiento humano en cada país. Según su visión, el desarrollo o fracaso económico de una región tiene que ver fundamentalmente con que sus instituciones políticas sean inclusivas o extractivas. Bajo este punto de vista es el proceso político el que determina bajo qué instituciones económicas vivirá cada región. Para los autores del texto es vital analizar cómo se toman las decisiones políticas, quiénes son los que las toman y quiénes son los perjudicados o los beneficiados de las mismas. Las respuestas a estas preguntas alumbran sobre el itinerario de éxito o fracaso económico que siguen los países.

Ante las ideas recogidas en un texto como ¿Por qué los países fracasan? resulta ineludible preguntarse sobre la naturaleza de las instituciones políticas y económicas en Canarias. Y sin ánimo de ser exhaustivos, lo que destaca es, precisamente, su carácter escasamente inclusivo con claras cualidades extractivas. Algunos ejemplos bastarán para corroborar esto y por tanto deducir las razones por las que fracasa Canarias.

1- Instituciones extractivas: 
Dicen Acemoglu y Robinson que el poder político bajo instituciones con atributos extractivos es muy codiciado por aquellos grupos que aspiran a discutir la hegemonía del que gobierna. La razón que lo justifica es simple; bajo instituciones extractivas el control del poder político habilita a los grupos dominantes para obtener grandes beneficios a costa del resto de la sociedad. Por lo que es lógico que la lucha por el poder genere una conflictividad permanente que derive en inestabilidad política. ¿No es esto lo que ocurre cuando los perdedores de las dos últimas elecciones autonómicas en Canarias se aferran al poder mediante los pactos que permite la ley para alcanzar la presidencia del gobierno, sin lograr que se resuelvan los problemas más acuciantes de Canarias? Hace unas semanas, el Parlamento regional rechazó dos proposiciones no de ley; una contra la pobreza y la exclusión social y otra para resolver el enquistado problema de las listas de espera sanitarias en el archipiélago. El funcionamiento del sistema sanitario canario es uno de los peor valorados de España y el índice de pobreza alcanza a más de un tercio de la población. Asunto de otro debate es si esas proposiciones recogían fielmente y sin partidismos la necesidad de luchar contra las listas de espera y la pobreza, pero lo cierto es que ambos problemas siguen sin resolverse. ¿Cómo es posible que ante dos problemas tan graves las formaciones políticas que conforman el Parlamento canario sean incapaces de llegar a un consenso para resolverlo, al menos, mediante un acuerdo de mínimos y se pierdan en la conflictividad política?

2- Limitación de la pluralidad: 
El partido que se aupó en la presidencia del gobierno de Canarias en los últimos comicios autonómicos, Coalición Canaria, logró solo el 13,49% de los votos de todo el censo electoral canario, con una abstención del 37,26%. Sin embargo, el 12,76% del electorado no obtuvo representación política alguna en el Parlamento porque las opciones políticas que apoyaron no superaron las barreras electorales establecidas por la Ley Electoral Canaria. Dicen Acemoglu y Robinson que las instituciones políticas inclusivas deben garantizar un reparto de poder equitativo de forma que la capacidad de actuar colectivamente de los distintos grupos de la sociedad no se vea limitada por otros. ¿Consigue esto una ley electoral de las más restrictivas de Europa que deja sin representación a amplios colectivos de la sociedad, incapaces de influir en el proceso de decisiones políticas? Las instituciones políticas extractivas limitan la pluralidad y por tanto que las diferentes sensibilidades políticas que describen una sociedad puedan obtener la representación adecuada.

3- Círculos viciosos: 
Los autores del texto nos dicen que existe una fuerte sinergia entre las instituciones económicas y las políticas. Las instituciones políticas extractivas logran concentrar el poder en manos de una élite reducida y fijan pocos límites al ejercicio de su poder. Es esta élite la que logra definir y estructurar las instituciones económicas para detraer recursos del resto de la sociedad en beneficio propio. Las instituciones económicas extractivas se apoyan en instituciones política extractivas para sobrevivir fortaleciendo un círculo vicioso que profundiza la extracción.

La Reserva de Inversiones de Canarias, la RIC, se institucionalizó hace casi dos décadas a través de la ley 19/1994 de modificación del REF de 6 julio. Se trataba de una ley que pretendía un doble objetivo; promover actividades generadoras de empleo en las islas y mejorar la competitividad de las empresas canarias. Para ello, se facilitó el esfuerzo inversor de los empresarios radicados en las islas a cambio de una importante rebaja fiscal. La RIC les recompensaba con una reducción de la base imponible del Impuesto de Sociedades de hasta el 90%. El instrumento no ha servido ni para crear empleo ni para mejorar la competitividad de las empresas canarias. Los recursos sujetos a la RIC, y por tanto exentos fiscalmente, han buscado otros destinos más rentables financieramente. Por tanto, ha servido a cierta clase de empresarios para convertirlos en financiadores de la Comunidad Autónoma mediante la suscripción de valores o títulos de deuda pública. Al quedar exentos de sus obligaciones fiscales han mermado la capacidad recaudatoria del sector público autonómico al tiempo que rentabilizaban jugosamente esos fondos en los mercados de deuda pública. También, generando negocio fuera de las islas o en inversiones con altas tasas de retorno en el hipertrofiado sector inmobiliario canario. Un negocio perverso y perfecto para los empresarios que les ha permitido detraer recursos del resto de la sociedad en su beneficio.

4- Temor a la innovación y la destrucción creativa: 
En mayo de 2010 el Parlamento canario daba luz verde a la proposición de ley del Catálogo Canario de Especies Protegidas con los votos a favor de CC y PP y la negativa del PSOE. El Catálogo entraba en contradicción directa con el vigente Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y dejaba sin ningún tipo de protección a más de la mitad de las especies actualmente protegidas en Canarias. Un atentado contra la biodiversidad institucionalizado por los partidos que en aquel momento tenían la responsabilidad de gobernar (CC-PP) a través de una argucia legal que soslayó la participación abierta del ciudadano. Con dicha ley se desprotegían los sebadales del sur de Tenerife y en consecuencia se lograba desbloquear la construcción del puerto industrial de Granadilla entre otras infraestructuras. Una demanda históricamente perseguida por los grandes constructores en las islas. El gobierno central del PSOE en aquel momento manifestó que recurriría el catálogo ante el Tribunal Constitucional, ya que contaba con un informe de la Dirección General del Medio Natural y Política Forestal (Ministerio de Medio Ambiente) que denunciaba importantes disconformidades del Catálogo aprobado respecto a la Ley Estatal. Pues bien, dicha denuncia no llegó a cursarse. La razón; el apoyo de CC a los Presupuestos Generales del Estado en aquel momento. Un quid pro quo entre ambas formaciones.

El puerto industrial de Granadilla se está construyendo y resulta que no es la panacea del empleo que algunos argumentaban perversamente y está ocasionando a corto plazo un contundente impacto ambiental por las extracciones ilegales de áridos, amén de los recursos que ha reportado a quienes eran sus promotores; constructores, propietarios de suelo adyacente, impulsores de la introducción del gas natural en las islas, etc. Por el contrario, además de repudiar la inversión en I+D+i una y otra vez, quienes dirigen Canarias desaprovechan o entorpecen las potencialidades de las islas para invertir en tecnologías respetuosas con el medio ambiente del que Canarias depende de forma vital.

Acemoglu y Robinson argumentan que la innovación tecnológica pone en tela de juicio la distribución de rentas entre los diferentes agentes y ello socava su poder político, el status quo creado. La permanente apuesta en Canarias por un modelo económico caduco basado en el petróleo, las grandes infraestructuras, el turismo masivo…. y cuyo fracaso es un hecho constatado, responde a la reticencia de los principales agentes económicos de las islas a perder rentas y poder político ante un nuevo patrón económico basado en el respeto por el territorio que nos rodea y las energías limpias que extienda la prosperidad a otros sectores de la sociedad.

5- Coyunturas críticas: 
En el Debate sobre el estado de Canarias el presidente del gobierno entonó un tímido mea culpa en su discurso, no vaya a ser que la oposición lo utilice en su contra. No es casual, con un 33% de desempleo, de los cuales el 70% de parados tiene menos de 25 años, unos índices de pobreza devastadores y una desigualdad en aumento que dinamitan la cohesión social, será cada vez más difícil ocultar que la sociedad canaria está siendo arrasada por quienes la dirigen. Según los autores del texto, el crecimiento bajo instituciones de índole extractiva no es sostenible ilimitadamente. Los que manejan las instituciones extractivas están sometidos permanentemente a la presión de otros actores que también desean controlar esas instituciones para extraer rentas del resto de la sociedad. Esta presión les debilitará hasta desalojarlos del poder. Canarias hace mucho tiempo que no solo no crece sino que sus condiciones se deterioran a pasos agigantados, lo que indica que está en una coyuntura crítica.

Las coyunturas críticas son puntos de inflexión en la historia que desestabilizan la situación política y económica existente. La profundidad de la presente crisis demuestra que estamos en ese momento de transformación que dará como resultado un nuevo escenario con instituciones más extractivas que las presentes, o con instituciones que evolucionen hacia un modelo político y económico más inclusivo. El cambio institucional necesario para que se produzca una modificación del rumbo económico en el archipiélago, dependerá del resultado de la interacción entre las instituciones existentes y las coyunturas críticas. Y para que ese cambio institucional sea inclusivo, es vital la presión de aquellos colectivos de la sociedad canaria que están permanentemente al margen de la toma de decisiones políticas (producto de la falta de pluralidad) y de la riqueza que generan unas instituciones económicas que solo favorecen a una parte muy concreta de la sociedad canaria.

sábado, 23 de marzo de 2013

FEPECO; mensajes falsos y obsoletos


…por que la patronal siempre ha querido lo mejor para nuestra gente y nuestra Tierra. 


Aquellos del No a todo, como Antonio Plasencia llama despectivamente a los que se oponían a principios de la presente centuria al modelo desarrollista que ha terminado por imponerse en la economía canaria, fueron capaces de anticipar la inutilidad social de muchas de las infraestructuras que se han construido, su baja capacidad de creación de empleo, su tremendo impacto medioambiental y las grades rentas que reportaba solo a quienes las promovieron. El propio Antonio Plasencia admitió que obras como el puerto de Granadilla o el anillo insular no producen empleo, solo favorecen el uso de maquinaria industrial pesada. El avance de los actuales trabajos en el puerto de Granadilla demuestran la escasa creación de empleo en la obra. Por tanto, la quiebra de este modelo está más que demostrada. La presente crisis se ha encargado de certificarla porque es una de sus consecuencias y los del No a todo tuvieron la lucidez de anticiparlo sin obtener eco político alguno. De algún lado viene la desafección política. ¿No es mejor invertir únicamente en aquellas infraestructuras que son necesarias para reorientar un modelo productivo que ha estado hipertrofiado en actividades constructivas y turísticas? ¿No parece más conveniente invertir en aquél equipamiento público que sea el resultado de un análisis participativo y consensuado ampliamente por la sociedad canaria en base a sus necesidades y deficiencias? No para FEPECO y Plasencia.

Túneles del anillo insular a la altura de Tamaimo. Tenerife
A finales de 2010, el Cabildo de Tenerife puso en marcha el plan de mejora de sus carreteras. Dicho plan supuso la adjudicación de 44 obras de mejora en vías insulares a un buen número de constructoras provinciales. El contrato permitió una inversión de 26,1 millones de € y una estimación de creación de puestos de trabajo de 1.000 empleos. El presidente de FEPECO, Antonio Plasencia, no dudó en alabar la actuación del Cabildo de Tenerife, la calificó de ejemplar. Obviamente, el plan generaba negocio a las empresas del sector de la construcción cuyos intereses defiende, precisamente, FEPECO. Sin embargo, la tasa de paro en Canarias en el sector de la Construcción desde el último trimestre de 2010 hasta el último trimestre de 2011, según la EPA, arrojó una evolución errática que en ningún caso bajó del 27,9%.

La pasada semana el Sr. Antonio Plasencia a través de un comunicado, volvió a confundir los intereses de FEPECO y su sector, la construcción, con los de la isla de Tenerife. Una confusión deliberada porque a nadie se le escapa que este señor y la organización que preside desde hace 23 años, tiene depositados importantes intereses económicos, socavados ahora por la paralización o retraso de las sempiternas demadas de los constructores de esta provincia; la finalización del anillo insular, el puerto de Granadilla, la conexión Norte-Sur, la segunda pista del aeropuerto del sur e incluso, el desbloqueo del Plan General de Ordenación Urbana de la capital tinerfeña.

Dice FEPECO y su presidente que solo se saldrá de la crisis a través del efecto arrastre que genera en la economía canaria un impulso del sector de la construcción. Ambos pretenden que Canarias continúe por la misma senda de desarrollo que la ha caracterizado en las últimas décadas como una economía excesivamente centrada en actividades constructivas. Cuesta entender este tipo de declaraciones en plena crisis, si no es porque persiguen satisfacer el interés particular de este tipo de grupos de presión que llevan influyendo décadas en las decisiones políticas de la región, de forma antidemocrática y en contra del interés general. Grupos de presión que en cuanto sienten que sus privilegios se les escapan se revuelven con manidas declaraciones contra la clase política y avivando ese anacronismo que existe en Canarias llamado pleito insular.

La presente crisis ha demostrado el despilfarro interesado, e irresponsablemente permitido por las autoridades políticas, en infinidad de infraestructuras de dudosa necesidad social. Un modelo productivo que solo ha beneficiado a las élites económicas que lo han impulsado. A cambio ha generado un fuerte deterioro ambiental del territorio y trabajo precario con salarios de miseria para la mayoría social que conforma Canarias. El avance del paro, la desigualdad y la pobreza son una prueba inapelable de la fractura de este modelo.

Existen pocos personajes en Canarias a quien los medios de comunicación proporcionen tanta cobertura a casi todas sus declaraciones, eventos que organiza, o actos a los que asiste. Seguramente esa desmesurada omnipresencia mediática tiene que ver con las servidumbres de un periodismo que es tributario exclusivo de los ingresos por publicidad. Quién sabe, pero de ahí también procede la crisis del periodismo. Que se continúen lanzando este tipo de falsos mensajes que la realidad se ha encargado de desmontar no contribuyen en absoluto a reconducir la dramática situación que existe en las islas. Al contrario hacen un flaco favor a la mayoría social canaria. Máxime cuando quien lo dice está imputado en uno de los mayores casos de corrupción urbanística de la historia de Canarias, el caso Las Teresitas. Esto no significa que se deban prohibir sus declaraciones pero es una pena que otras organizaciones, colectivos, asociaciones, etc. no gocen del mismo espacio mediático en los media del archipiélago para rebatir sus argumentos o, como mínimo, para tener otra visión de las cosas. Otra muestra de la escasa sensibilidad democrática que existe en las islas.

lunes, 11 de marzo de 2013

Prospecciones; una historia coral contra el medio ambiente (y 2)

   
Sería un verdadero dislate tratar de paralizar un proyecto de esta naturaleza cuando se sabe que, de producirse un accidente, las corrientes marinas alejarían de Canarias cualquier hipotético vertido. 


Decíamos que la posición política del gobierno de Canarias, contraria a las prospecciones, derivada únicamente de la confrontación personal entre Rivero y Soria, ha puesto en peligro, en parte, un modelo económico altamente extractivo que reporta grandes ventajas económicas a los grupos de interés mencionados. Estos no están por la labor de perder esos privilegios y por ello se han roto las bases de aquella convivencia armoniosa. Los grupos de interés de Fuerteventura y Lanzarote, que se lucran del modelo masivo que deriva del turismo de sol y playa no están dispuestos a asumir los riesgos de vertido que conlleva la prospección y extracción del oro negro, en el caso de que este exista en cantidad y calidad suficiente. Por otro lado, los grupos de interés que perseveran en mantener un modelo energético basado en los combustibles fósiles, no se imaginan que el petróleo no se extraiga y, además, no se obtenga algún rédito en el proceso.

Ninguno de estos grupos de interés además, parece estar dispuesto ha seguir aguantando al presidente del gobierno de Canarias. Este no pierde oportunidad en trasladarles la responsabilidad del elevado desempleo en las islas a los empresarios por no impulsar la contratación local, hace oídos sordos al adelgazamiento de la administración autonómica que continuamente demanda la patronal, y no pierde oportunidad en regañarles por no invertir en la rehabilitación y cualificación de la oferta turística del archipiélago, algo que habría facilitado el propio ejecutivo con la aprobación de la ley de Medidas Urgentes de 2009.

Oil Spill #2,
Discoverer Enterprise, Gulf of Mexico, May 11, 2010. Ed Burtynsky
Ante esta divergencia y la posibilidad cierta de que el modelo económico desarrollista deje de reportar los beneficios y privilegios que les han aportado hasta ahora, los responsables de las patronales del sector hotelero en las islas capitalinas (Ashotel y Feth) han dado un paso al frente intentando cuadrar el círculo. A principios del mes de febrero comenzaron a vislumbrar por primera vez beneficios derivados de la extracción de petróleo. Si se controlan los riesgos puede ser una actividad buena para el turismo por las eventuales compensaciones que se negocien, vino a decir Jorge Marichal, presidente de la patronal hotelera de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel). Para Jorge Marichal, se pueden establecer compensaciones que se destinen a la promoción turística de las Islas en el exterior, rebaja de tasas aéreas e incluso reducir el precio de los combustibles en los aeropuertos. Opinión que recibió el beneplácito de José Carlos Francisco, presidente de la CEOE de Tenerife, quien apuntó que no es un asunto baladí como para despreciarlo. ¿De dónde saldrían estas compensaciones? Obviamente de un sistema impositivo sobre las extracciones de crudo. Recordemos que el primero que habla de esta posibilidad es José Manuel Soria, hace aproximadamente un año. Ahora, esa opción ha abandonado el terreno de las posibilidades para convertirse en una alternativa real con la propuesta de implantación de un tributo que grave la extracción de petróleo en España.

La postura de las patronales tiene la virtud de lanzar un mensaje a la presidencia del gobierno de Canarias; la estrategia de confrontación contra el gobierno central del PP no está dando frutos en un asunto que la Administración Central considera de interés nacional y donde las vías legales para frenar los sondeos se presentan muy difíciles. Es más, la lucha personal que mantienen Soria y Rivero desde que este le arrebató la presidencia de la autonomía en los últimos comicios, resulta perniciosa para el mantenimiento de los privilegios económicos y políticos de estos grupos de interés. El hecho de que Canarias haya reclamado la bajada de las tasas aeroportuarias y que Soria las rechace, es otra muestra de que el conflicto Soria-Rivero, llevado al ámbito personal, está lesionando los intereses de los grupos de interés que han modelado la economía y la política canaria hasta el momento. Y el responsable es Rivero.

Aprovechando la coyuntura, Fernando Clavijo, alcalde de La Laguna, se desmarca a finales del mes de febrero de la disciplina de partido con su sí condicionado a las prospecciones petrolíferas, recibiendo el apoyo de un histórico en retirada de CC, Ricardo Melchior. Las condiciones expuestas por Clavijo siguen la línea del argumento de la patronal hotelera. Intentan satisfacer a todos los grupos de interés presentes en Canarias, con la excepción de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Fuerteventura que continúa con una postura contraria a las mismas. Las declaraciones de Clavijo sin embargo, fueron interpretadas como una agresión a los intereses particulares de Fuerteventura por Mario Cabrera, presidente del Cabildo majorero que contraatacó criticando la sinrazón de la construcción del Puerto Industrial de Granadilla y la argucia legal de modificar el Catálogo de Especies protegidas para hacerla posible. Un golpe bajo que demuestra que muchos dirigentes de Coalición opinaban que esta infraestructura era efectivamente un atentado ambiental que tendría consecuencias políticas. Pero la disciplina de partido en CC y los grandes réditos que están obteniendo los grupos de interés en esa infraestructura, garantizaron el silencio cómplice de los políticos nacionalistas en su momento. En todo caso lo que mostraron estas declaraciones es la división interna que existe en CC sobre el asunto del petróleo.

Pero las intenciones que están detrás de las declaraciones de Clavijo van más allá; favorecer los intereses de los grupos económicos del archipiélago y socavar el poder del actual presidente del gobierno. No es casual que Ana Oramas, mentora de Clavijo en el ayuntamiento de Aguere, haya abierto el debate para relevar a Rivero en el gobierno en este preciso instante. Rivero mantiene su hegemonía gracias al único soporte otorgado por los nacionalistas de las islas más orientales en el último Congreso Nacional de la formación, contrarios a las prospecciones. Ese apoyo fue un quid pro quo. Las islas orientales cimentaron la candidatura de Rivero a la presidencia del partido porque este institucionalizaría la oposición a las prospecciones. A cambio, Rivero obtendría el apoyo suficiente para auparse de nuevo con la presidencia de CC y mantener su estatus.

Lo que está ocurriendo en CC es la sustitución de la vieja guardia por la nueva. Esa guardia antigua ya no garantiza el mantenimiento de las plusvalías y beneficios económicos para los grupos de interés. Al contrario, los está poniendo en peligro. Lo que se está gestando es un proceso la destrucción del poder político de ciertas personas en beneficio de otras que piden paso. Entre otras cosas porque a nivel autonómico Rivero no ha ganado nunca unas elecciones y, a nivel nacional, progresivamente CC ha perdido presencia en Madrid en los últimos comicios generales. Pero sobre todo porque Rivero, en su empecinamiento personal por el mantenimiento de su poder dentro de la coalición, encarna un estilo de dirección excesivamente personalista y falto de diálogo con otros interlocutores críticos con su gestión, a los que habría apartado en aras de mantener su poder. Ningún político ha gobernado Canarias durante tres legislaturas consecutivas. Ese es el objetivo de Paulino Rivero. La nueva sabia en el partido, en cambio, permitiría llegar a un acuerdo salomónico para todos los grupos de interés con su sí condicionado al petróleo, lograría mantener el mismo modelo económico desarrollista y clientelar en las islas y, de paso, le harían un favor a José Manuel Soria, eliminando a Rivero de en medio. También es un quid pro quo. En este caso, entre el sector crítico de CC y el ministro de Industria, que sabrá recompensar generosamente a CC si éstos requieren de los populares para mantener el poder en las islas en los próximos comicios. Los perjudicados serían la élite económica local de las islas más orientales y los políticos que gobiernan sus instituciones. Pero al final, qué importan unas cuantas plataformas petrolíferas en las costas orientales de canarias, nuestros clientes no se asustarán por eso. Es de ilusos dar la espalda al petróleo con el 30% de paro utilizando el esquema de pensamiento de Jorge Marichal aunque sea una patraña.

En Coalición no hay postura ambientalista posible respecto a las prospecciones. La prueba es que no han sido capaces de impulsar un modelo de desarrollo basado en tecnología limpia y de bajo impacto territorial en los últimos 20 años. Su carácter interno se lo impide. Rompería la estructura de privilegios que tienen la actual clase económica dirigente en las islas. La posición que estamos viendo por parte del presidente del gobierno autonómico contra las prospecciones no son más que pura palabrería. Se trata de su propia línea de defensa ante la pérdida de su peso político en la formación nacionalista. Es un mero juego de poder. Una cortina que intenta esconder la pugna por el control político de la formación. Las víctimas seguirán siendo el territorio, la posibilidad de implantar un modelo económico alternativo y pionero que saque a Canarias de la crisis, y la gran mayoría de la sociedad canaria. Por cierto, si se preguntan por qué no he mencionado al PSOE, la respuesta es muy fácil, son un convidado de piedra en todo este asunto. En todo caso, en su momento su actual responsable no tuvo ninguna duda en apoyar también las prospecciones.

Desafortunadamente, esto seguirá siendo así hasta que esos grupos de interés y los políticos que les hacen el juego se topen con los límites naturales de las islas. Una pena. Salvo que una potente e independiente oposición ciudadana, consciente de su poder y de las intenciones particulares de todo este elenco, sepa exigir la necesidad imperiosa de otra forma de hacer las cosas antes de que sea demasiado tarde.

domingo, 10 de marzo de 2013

Prospecciones; una historia coral contra el medio ambiente (1)

  
Nuestros clientes, los turistas, están acostumbrados a ver plataformas petrolíferas. No creo que se asusten por eso. Además, hace años que pasan barcos cargados de petróleo por aquí por la Refinería y nadie ha dicho nada 


La polémica que existe en el seno de Coalición Canaria en torno a las prospecciones no es más que el trasunto de la pugna entre los grupos de interés que condicionan la economía y la política canaria, la persistencia del ministro de Industria de desbancar a los nacionalistas de la presidencia del gobierno autonómico, y la lucha interna en Coalición por dar paso a nueva sabia que posibilite la renovación del partido. Se trata de una historia protagonizada por un elenco coral donde cada comediante persigue sus propios intereses políticos y económicos personales. No nos engañemos, estos nada tienen que ver con la construcción de una vía económica sostenible en el archipiélago a pesar de la posición contraria a las prospecciones de la presidencia del gobierno regional. Y esto es así porque ninguno de los actores que protagonizan este relato, ha tenido en cuenta nunca los límites naturales que impone nuestro territorio y todos están vinculados a una concepción desarrollista de la economía del archipiélago. Esa concepción desarrollista es la que se pone en práctica con la connivencia política (especialmente la de CC, porque lleva gobernando durante dos décadas) a través de decisiones que provocan gran impacto y deterioro en el territorio, genera grandes réditos económicos y políticos a sus impulsores y producen enormes costes para la mayoría de la sociedad canaria. Las cifras están ahí.

Oil Spill #6,
Discoverer Enterprise, Gulf of Mexico, June 24, 2010. Ed Burtynsky
Para entender esto es necesario que realicemos un breve repaso por las diferentes sensibilidades que caracterizan a gran parte de las élites locales que tienen poder de decisión en Canarias. Entre esos grupos de interés siempre han existido diferentes sensibilidades que han orientado la política económica en las islas. Por un lado, está la sensibilidad pro-energía fósil que ha ocasionado la dependencia del petróleo casi absoluta de la región, obstaculizado el desarrollo de las renovables en el archipiélago, a pesar de las evidentes ventajas comparativas que existen para ello. De otro, destaca la sensibilidad vinculada a un tipo de turismo centrado en el sol, la playa y las grandes instalaciones hoteleras y residenciales. Esta sensibilidad ha potenciado un modelo de carácter masivo y depredador del territorio, dejando grandes plusvalías a sus promotores y una tasa de desempleo estructural, además de gran desigualdad para la sociedad de las Islas. Por último, se encuentra la sensibilidad a favor de las grandes infraestructuras civiles como puertos, aeropuertos, anillos insulares, trenes y demás artefactos tecnológicos que presuntamente colocarían a Canarias en el estándar del bienestar europeo. Estas sensibilidades son la consecuencia de la diversa procedencia de esos grupos de interés; grandes sectores empresariales, determinados consejos de administración, medios de comunicación, cámaras de comercio, grupos financieros,…

Aunque esta concepción desarrollista es común en todo el archipiélago (producto de que estos grupos de interés están introducidos en la mismísima cocina de los tres grandes partidos políticos que controlan las instituciones del archipiélago), la influencia de cada una de estas sensibilidades en cada isla es diferente. Las islas capitalinas, por ejemplo, han destacado por sufrir la influencia de las tres sensibilidades en intensidad similar. Podríamos decir, incluso, que las tres han aunado esfuerzos para la consecución de jugosos negocios que han reportado enormes plusvalías para esos grupos de interés, además de consolidar su poder institucional. Estas sinergias les han permitido, por ejemplo, acelerar la construcción de infraestructuras innecesarias tales como el puerto industrial de Granadilla o el de Arinaga, que se dotarán de sus correspondientes centrales de gas natural. Ambos proyectos garantizan el suministro de energía fósil suficiente para continuar sosteniendo el monocultivo masivo del turismo de sol y playa.

En las islas periféricas, en cambio, la sensibilidad que domina es la del modelo turístico de sol y playa. La dependencia y la escasa diversificación de sus pequeñas economías lo explica. A pesar de lo cual no han reparado a la hora de implantar infraestructuras civiles de gran impacto con el consiguiente beneficio para esos grupos de interés. En la Gomera, por ejemplo, el sistema clientelar configurado por el PSOE desde hace más de un cuarto de siglo, permitió que todas las fuerzas políticas apoyaran la instalación de una embotelladora en Taguluche, luego declarada ilegal por el Tribunal Supremo y el TSJC. Lanzarote ha destacado siempre por sus casos de corrupción urbanística. Allí ha sido habitual la estrecha connivencia entre los políticos que se suceden en el poder y las principales élites económicas locales en asuntos vinculados a la concesión de licencias urbanísticas para construir hoteles en todo tipo de espacios protegidos. En la isla de Fuerteventura, los poderes locales llegaron a justificar una intervención tan desmesurada sobre el territorio como el vaciado de la montaña de Tindaya para incrementar la visita de más turistas. En las islas menores, los grupos de interés pro combustibles fósiles han realizado un efectivo trabajo entre bambalinas. Su objetivo ha sido obstaculizar la instalación de parques que generen energías limpias. O en el caso de la isla de El Hierro participar en la fase de transición hacia un modelo experimental basado en energías renovables pero con el monopolio de Endesa.

Hasta el momento cada uno de estos grupos había coexistido de forma más o menos armoniosa. Nadie ponía en riesgo los intereses particulares del otro, la actuación conjunta garantizaba apuntalar réditos económicos para todos, ninguno osaba inmiscuirse en los asuntos individuales de cada isla, si no tenía como resultado una ganancia neta en esos términos para todos, y existía una clase política que transformaba sus demandas de negocio en falsas necesidades de interés general para la ciudadanía.

Pero este escenario ha cambiado con la posición contraria del gobierno de Canarias a las prospecciones. ¿Por qué? Continuará...