domingo, 26 de junio de 2011

El estratega

No hay principios. Todo vale en función de la cuota de poder


Dicen algunas voces autorizadas que el Sr. Rivero es un gran jugador del envite pero al parecer, en su pueblo natal no desperdiciaba la oportunidad de hacer trampas si la partida se ponía fea y de ello dependía alcanzar la victoria final. Por esta razón la principal virtud como político del susodicho no es su formación, escasa, tampoco su experiencia, que es mucha. Su principal fortaleza es la de ser un magnífico estratega. Lo demostró en las autonómicas del 2007, logrando un acuerdo con el PP previo a los resultados de las elecciones para dejar en la oposición a la que resultaría la fuerza más votada en aquel momento, el PSC y lo volvió a demostrar en estas últimas autonómicas, llegando a un pacto de gobierno con el PSC que hace unos días se rubricó formalmente. Un flamante pacto que aún tiene pendiente la sesión de investidura pero que, salvo Tamayazo al estilo canario, le hará de nuevo Presidente del Gobierno de Canarias en detrimento de los conservadores, también la fuerza más votada en 2011, y de Soria, con el que ha mantenido agrias discusiones durante la pasada legislatura.

Un buen estratega sabe que para alcanzar la victoria final es necesario saber manejar dos ámbitos:
En primer lugar su entorno más inmediato, en este caso, el local. Apoyado por la tramposa ley electoral canaria que dificulta las mayorías absolutas, la formación nacionalista se ha introducido muy bien entre los resquicios de una izquierda y una derecha cuyas posibilidades de pacto han sido siempre remotas. En ese contexto, los nacionalistas, los terceros en discordia, siempre han tenido la llave de la gobernabilidad. Con el eslogan presuntamente nacionalista de que Canarias es poseedora de unas especificidades y unas particularidades que son preciso reivindicar ante España y Europa, CC ha sabido comulgar a diestro y siniestro con cualquier formación política. Un distintivo que demuestra la habilidad camaleónica de una formación cuyo atributo más distinguido sea, quizás, la ausencia de una ideología política clara que no sea el mantenimiento del poder. Algo que han conseguido porque en su ambición por mantener sus cuotas de poder han podido apoyarse en el eslabón más débil, el PP en el 2007 y ahora el PSOE, relegando la participación de sus socios de gobierno al de meras comparsas. Una coalición PP-CC, a priori lógica por la historia de colaboración política entre ambas formaciones a nivel local, hubiese implicado relegar al Sr. Rivero a una vicepresidencia del gobierno autonómico envenenada y que éste no hubiese aceptado. Supondría una pérdida de poder y liderazgo importante, a la vez que situaría al Sr. Rivero a completa disposición del Sr. Soria, quien, a buen seguro, se ocuparía de administrarle la misma medicina que éste recibió de aquél para mantener el pacto de gobierno en la anterior legislatura, aparentemente sólido pero convulso de puertas adentro.

En segundo lugar, la obtención de buenos resultados a nivel nacional, sobre todo en los 90, han determinado la presencia de los nacionalistas en el Congreso de los Diputados. Una herramienta que también han sabido operar a la perfección. La presencia estratégica de CC en el Congreso les proporciona un potencial extra al darles la posibilidad de presionar a quien estuviera en el gobierno central para obtener determinadas concesiones derivadas del juego democrático, mientras localmente se vendía la idea de que para defender los intereses canarios era preciso estar en el Congreso. Una tesis tan peregrina como cualquier otra. PP y PSC, obviamente, disponen de presencia a nivel nacional, pero los nacionalistas han sabido explotar este aspecto tiñendo su discurso de un nacionalismo de salón y a veces hasta trasnochado, argumentando que tanto la izquierda como la derecha no sirven a los intereses canarios puesto que siempre estarán sujetos a los dictados de sus respectivas ejecutivas nacionales. No sorprenden los resultados aunque a primera vista puedan parecer contradictorios. Apoyo de CC al partido que gobierna España (presupuestos, acuerdos puntuales,…) combinados con pactos sólidos a nivel autonómico con el partido político contrario.

A la postre, esta doble dimensión del nacionalismo canario ha permitido evitar un gobierno autonómico del PP cuando ha obtenido su mejor resultado y debilitar a su vez, a sus nuevos socios de gobierno, el PSC, puesto que han eliminado de su estructura interna al colectivo más crítico y más escorado a la izquierda, el que representaban Santiago Pérez y sus huestes, quizás la verdadera amenaza para el Sr. Rivero. Porque, no nos engañemos, en la crisis interna que ha sufrido el PSC esta primavera hay que ver la alargada sombra del Sr. Rivero, capaz de mover hábilmente los hilos en el ámbito nacional para desactivar a todos sus adversarios a nivel local, alcanzando lo que hace unos meses denominamos la cuadratura del círculo. Una jugada maestra de auténtico estratega.

Por esta razón si como apuntan todas las previsiones hay un cambio político en España en las próximas generales, CC encontrará un escenario en el que ha demostrado saber desenvolverse con gran astucia; un gobierno central en manos conservadoras y un gobierno autonómico en coalición con el PSC. Un escenario para el que CC pondrá a funcionar a toda máquina ese gran artefacto político que es su exclusiva puerta giratoria, con la que ha obtenido tan buenos resultados.

Ante este panorama, presumimos que solo unos hipotéticos malos resultados de CC en las próximas generales, junto con unos buenos resultados del PP podrían ser un torpedo en la línea de flotación de CC. La pérdida de poder de los nacionalistas en el Congreso eliminaría su influencia en la vertiente nacional y el hecho de haber elegido como pareja de baile a nivel local al PSC, les puede confinar a un cierto aislamiento si, como está previsto, se confirma el descalabro socialista en las generales. Y es en este hipotético escenario cuando el Sr. Rivero tendrá que emplearse a fondo utilizando la otra fortaleza que le reconocemos, su capacidad de liderazgo de un equipo político como CC, donde las broncas internas entre sus mandos han estado bien sujetas por ahora, pero que aflorarán en los momentos de mayor debilidad de la coalición.

Sabedor de la importancia estratégica que tiene la presencia en el Congreso de los Diputados, ya se comienza a oír en algunos mentideros oficiales que CC pretende lanzar una plataforma electoral nacionalista para concurrir a las generales. Una plataforma que incluiría a Nueva Canarias. (NC exige a CC la revisión de los pactos con el PP para las generales. Diario de Avisos. 25.06.11). Después de desarrollar una campaña electoral autonómica centrada en diferenciarse de CC atacando sus políticas y a muchos de sus dirigentes, con el Sr. Rivero a la cabeza, no tendría sentido alguno que NC aceptase formar parte de esta plataforma. Pero todo es posible en Canarias. Si finalmente se confirma esta hipotética plataforma, se demostraría una vez más el ADN ideológico de CC, capaz de integrar en su seno a las más diversas formaciones utilizándolas con el único leit motiv de mantener sus cuotas de poder. Y aquí tendríamos que reconocer nuevamente al Sr. Rivero como el urdidor último de dicha estrategia.

Dicho esto, durante esta legislatura esperamos más de lo mismo y desde el punto de vista político, el interés va a estar centrado en tres grandes aspectos:

En primer lugar, cuál va a ser el papel que va a jugar el PSC. Resultará interesante ver cómo esta sedicente izquierda institucional canaria compatibiliza sus políticas presuntamente sociales con unos socios de gobierno responsables de asolar Canarias desde el punto de vista del empleo, la pobreza, la desigualdad social, lo medioambiental y lo público durante los últimos 20 años. Será curioso e interesante ver qué propuestas tienen, qué harán y como las venderán. También, si lograrán sobrevivir al cisma socialista que está previsto para estas generales manteniendo su fuerza para imponer su discurso o convirtiéndose, definitivamente, en un mero apéndice de CC, quienes, no les quepa ninguna duda, romperán el pacto de gobierno en cuanto vean sus intereses peligrar.

En segundo lugar, el tripartito CC-PP-PSOE dispondrá de otra legislatura para continuar profundizando en lo que hemos denominado el gigantismo, las agresiones al medio natural, el impulso de un turismo expansivo y la profundización de las desigualdades sociales. Somos pesimistas respecto a que desde estos partidos mayoritarios se produzca un giro en sus políticas. Máxime con la deriva internacional y nacional que esta crisis ha tomado, imponiendo lo que se ha denominado el Consenso de Bruselas (Golpe de estado silencioso. Público. 24.06.11) que no es más que la versión europea del Consenso de Washington, cuyos principios rectores han sido privatización, desregulación económica y desmantelamiento de lo público. Es decir, recortes sociales, austeridad y un profundo deterioro democrático. Una deriva que también tendrá su manifestación por esta autonomía.

Y en tercer lugar, ante este pesimista escenario es preciso que la movilización ciudadana que ha caracterizado a Canarias en los últimos tiempos continúe, se intensifique y se fortalezca. Se deberá proseguir en la denuncia de los retrocesos democráticos que siguen produciéndose, es vital persistir en la defensa del medio natural, en crear redes de conexión con otros movimientos sociales que también denuncian la actual situación, así como con formaciones políticas que han alcanzado poder a nivel municipal y han demostrado una decidida voluntad de cambio.

El reparto de la baraja se ha hecho, aunque con las cartas marcadas, el envite comienza.

Imagen 1: El Rey en el ajedrez. La pieza a proteger y la que dirige todo.
Imagen 2: Paulino Rivero y José Miguel Pérez después de sellar el acuerdo para la gobernabilidad de Canarias. En Gomera Noticias

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