martes, 28 de diciembre de 2010

Serie Negra: Las licencias urbanísticas

  
"La corrupción es insidiosa. Hace a la gente perder la fe"
La crisis eleva la corrupción en todo el mundo, según Transparencia Internacional 

Alfredo Fuensanto atravesó el pasillo de la promotora Punta Gorda que servía de antesala al despacho del constructor. Desoyó la advertencia de su secretaria, que perdiendo sus habituales maneras de señora bien, vociferaba tras él que debía solicitar cita para ver al Sr. Armando Perpiñán.

Perpiñán estaba sentado tras una gran mesa de cristal gris pulido, resolviendo los papeles de la mañana; firmas, pagos, informes…
- ¡La avaricia rompe el saco, sabes...!
- Está bien Yolanda, esperaba al señor concejal, puede retirarse. Interumpió Perpiñán.
- ...El pleno del ayuntamiento modificó el plan parcial para que pudieras desarrollar la segunda fase de tus viviendas con mi apoyo. Era mi nombre el que figuraba en el acta del pleno no el tuyo. Fuensanto aporreaba la mesa de Perpiñán con el dedo.

Perpiñán sacó un puro de su caja con delicadeza. Con un corte seco guillotinó su extremo inferior y lo colocó horizontalmente a una distancia de medio centímetro por encima de la llama. Sin poner el puro en su boca, lo giró en su totalidad formando un anillo de brasa, acto seguido lo sopló suavemente.
-¿Sabe que el encendido del puro es un arte de precisión? Prenderlo a una distancia inferior a medio centímetro y tocando el pie del puro sería fatal, carbonizaría y un sabor a ceniza permanecería durante toda la fumada.
- Me tienen sin cuidado tus rituales. Sabías que las viviendas carecían de evaluación ambiental y que la cédula de edificabilidad hubieran tardado años en concedértela... Fuensanto acompañaba todas sus afirmaciones con golpes de mano en el aire.
Perpiñán sopló suavemente el puro formando un aro de ceniza en el extremo prendido. Acercándose el puro a la boca, efectuó ligeras bocanadas mientras continuaba rotándolo.
- Además es importante que prenda de forma uniforme girándolo continuamente para que el encendido sea homogéneo y evitemos el efecto túnel, que provoca que un lado arda más que el otro.

Fuensanto aflojó su corbata roja de nudo fino. Empezó a recorrer la habitación de un lado a otro con paso largo.
- Yo iré al trullo pero no voy a ir solo, pienso cantar todo a la fiscal anticorrupción, la recalificación de las parcelas, las licencias gratuitas, la implicación de los abogados...ME-DA-IGUAL-LA-PASTA!!!
Las voces de Fuensanto se podían oír desde el despacho de la secretaria.

Perpiñán parecía disfrutar con el momento. Aspiró una suave bocanada y dejó que el humo saliera de su boca. Reclinó su asiento de cuero marrón y como en un acto de profunda introspección comentó:
- Un encendido cuidadoso te sumerje en una gratificante e intensa sensación de placer porque la combustión del blend y de la capa es perfecta. Solo en ese momento se produce una conexión íntima y verdadera con todo lo que nos rodea. - la frente de Fuensanto estaba llena de pequeñas gotas de sudor - Esa era la clase de conexión que usted y yo teníamos, hasta que me demostró que jugaba a dos bandas. Usted lo que quiere es vivir de la renta que le paso todos los meses y además conceder favores a mi competencia. Pero eso se acabó...
Fuensanto sacó una pistola y encañonó al constructor desde el sofá de la habitación. Su tacto frío y distante contrastaba con el calor que empezaba a sentir.
- Esto no va a quedar así...Le temblaba la mano.

Afuera la caravana de vehículos avanzaba en un movimiento denso y con dificultades. Las luces rojas de los faros se extendían sobre el asfalto caldeado de todo el día. El sonido del claxón de los vehículos llegaba a la habitación como un rumor.

La detonación sonó hueca. En un acto reflejo Fuensanto se contrajo y se llevó la mano al estómago, un sabor a ceniza invadió su boca. Por la espalda, Yolanda dio un paso y puso el arma en la cabeza de Fuensanto. Con el segundo estallido un coágulo condensado y apelmazado salpicó la tapicería del sofá blanco.
- Como siempre tan sutil. Perpiñán se levantó y cerró su portátil.
- Yoli querida, llama al chófer y que te ayude a recogerlo todo, ya debe estar en el aparcamiento. Nos vemos en el aeropuerto en una hora.

Foto 1: Lee Marvin en The Killers de Don Siegel (1964). En el blog la fortaleza escondida

sábado, 18 de diciembre de 2010

Un progresismo de salón

              
Resulta tragicómico por no decir esperpéntico, ver a algunos políticos retirados de la primera línea política disertar acerca de las respuestas que se deben dar a la crisis actual. Es lo que han hecho esta semana los denominados líderes progresistas mundiales para buscar vías que contribuyan a luchar contra las que ellos consideran políticas del miedo. (Los líderes progresistas mundiales buscan vías para luchar contra las políticas del miedo. 14.12.2010. El País)

Los impulsores de esta reunión utilizan de forma muy amplia el concepto de progresismo, aunque en esta época de conceptos volubles no sorprende. En él cabe un político como Bill Clinton, quien en su mandato (1993-2001) contribuyó a desregular la economía a través de su brazo armado económico. Alan Greenspan (presidente de la FED entre 1987-2006) no dudó en fomentar la inventiva de las grandes firmas financieras en el proceso de creación de todo tipo de derivados financieros, uno de los factores comúnmente aceptados como desencadenante de la crisis. Pero además, los promotores del encuentro parecen olvidar que entre los dos grandes partidos políticos que se alternan en el poder en EE.UU. no hay rastro de grandes diferencias en lo relativo a las cuestiones fundamentales de su programa político, situados ideológicamente en el centro derecha. Resulta paradójico que se identifique al señor Bill Clinton con el progresismo. El sociólogo Werner Sombart explica muy bien por qué no se afianzó el Socialismo en el país americano en el clásico ¿Por qué no hay Socialismo en los Estados Unidos?, entre otras cosas porque la política norteamericana es un mercado de influencias y no una representación de ideales. La intrincada red clientelar fijada entre los dos partidos políticos es de una profundidad tal que hace prácticamente imposible el acceso al poder de cualquier otra formación que no sean los dos grandes partidos, el demócrata y el republicano. Identificar el progresismo con las políticas del partido Demócrata y en concreto con Bill Clinton, parece una licencia gratuita.

Equiparar con el progresismo a Felipe González también es una idea que como mínimo ha de ponerse en cuarentena. Las operaciones de privatización de empresas públicas comenzaron a ser importantes en España a partir del año 85, durante la primera legislatura del PSOE. Hacia ese año existían aproximadamente casi 1.000 empresas públicas. Más de 20 años después prácticamente todas ellas han sido cedidas al sector privado nacional o internacional mediante diferentes procesos de privatización. Un protagonista esencial en el proceso de vacíado del Estado fue, precisamente, Felipe Gonzalez. No digo que no fuera necesaria una reestructuración y reorganización del sector público empresarial español en aquel momento. La dictadura había aislado con gravedad a la economía española. Era preciso introdur criterios reales de rentabilidad dirigidos a modificar la mentalidad empresarial que existía en aquellos años, incluyendo principios de competitividad y apertura a mercados internacionales de cara a transformar un tejido empresarial cerrado sobre sí mismo. Era evidente que se necesitaba un sector económico más dinámico. Lo que digo es que identificar las estrategias de privatización como la panacea era y es incorrecto y tiene muy poco de progresista puesto que es una de las características de este tipo de globalización. Evidentemete la estrategia privatizadora no fue exclusiva de España, en toda Europa comenzaron a proliferar este tipo de comportamientos, independientemente del partido político en el poder y siguiendo la estela marcada por el gobierno conservador de M. Thatcher. El objetivo de entrar en Europa (esta Europa progresista y solidaria que se nos ha vendido pero que no resistiría un análisis riguroso de su cobertura social) aceleró el proceso privatizador. Era una vía segura de ingresos que posibilitaba el cumplimiento de dos de los criterios de Maastrich (Deuda pública por debajo del 60% del PNB y déficit público inferior al 3% del PNB). El gobierno de José María Aznar se ocupó de ello con gran efectividad justificando las privatizaciones de un modo tendencioso. Durante la época abundaron las declaraciones y los artículos sesgados desde el punto de vista ideológico, manteniendo argumentos tan generales como que; la privatización no es una tendencia neoliberal, sino una política económica necesaria para fortalecer al Estado al reorientar sus actividades hacia el bien común. El bien común consiste fundamentalmente en crear las condiciones de paz, justicia y libertad para que cada uno de los miembros de la sociedad realice sus aspiraciones personales (¿Para qué privatizar?. R. Papillón Olmedo. El País. 23.01.1997)

En la medida en que ha avanzado la globalización, en concreto este tipo de globalización que tiene como centro neurálgico al mercado, el poder de los estados se ha visto mermado de forma importante. La razón; las instituciones públicas se han confabulado para facilitar y abrir paso a la desregulación económica general. Paradójicamente, en ese proceso de desmantelamiento del poder del estado, la socialdemocracia ha tenido un papel fundamental. La falta de ideas renovadoras de la izquierda ante la caída del muro y la irrupción de la Tercera Vía facilitaron las medidas destinadas a contentar a los mercados; reducción de los impuestos a las clases altas, anulación de la propiedad estatal de las empresas públicas, facilitar la libre circulación de mercancías y capitales, férrea disciplina fiscal, reformas sucesivas del mercado laboral destinadas a abaratar el despido a precarizar el empleo y a reducir el poder de los sindicatos, etc. Precisamente todo esto es lo que está ocurriendo en la actualidad en España bajo el mandato de un partido de izquierdas. ¡Qué ejemplo de progresismo! El arma fundamental de los partidos socialdemócratas, el poder del Estado, ha sido neutralizado porque los propios partidos socialdemócratas lo han permitido conforme avanzaba la globalización.

Pero sobre todo a quién se le puede atribuir el mayor esfuerzo en el descrédito de las políticas de izquierda es a Tony Blair durante su década de gobierno en el Reino Unido. Como impulsor del credo de la Tercera Vía ideado por Anthony Giddens, contribuyó a que los partidos de izquierda abrazaran las políticas económicas practicadas por la derecha, basadas en la creencia fundamental de que el crecimiento económico era la principal variable a tener en cuenta y la herramienta principal para conseguirlo sería la liberalización de los mercados. Clive Hamilton lo explica con gran elocuencia en el capítulo 5 de su libro El fetiche del crecimiento. Tras la caída del muro de Berlín la izquierda quedó desestabilizada y no fue capaz de proponer una alternativa. Con el programa político de Blair, definitivamente dio el paso para difuminar las diferencias en política económica con los partidos conservadores. Al mismo tiempo los partidos socialdemócratas abandonaron las ideas de progreso basadas en la igualdad, la justicia social, la erradicación de las desigualdades de rentas entre los diferentes colectivos sociales, etc. Y es que hoy en día es más cierto que nunca eso que la sabiduría popular expresa diciendo que ya no hay ideologías, que la izquierda y la derecha son lo mismo.

Si los actuales partidos de izquierda quisieran recuperar su credibilidad y ser protagonistas en la salida de la actual situación económica, deberían recuperar la idea de progreso basada en la igualdad y la justicia social e incorporar a su ideario el ecologismo, abandonando la filosofía de que el progreso proviene de la innovación tecnológica, la acumulación de riqueza, el crecimiento económico a toda costa y la preeminencia del mercado sobre todas las cosas.

Desconozco qué tipo de reflexiones útiles sobre la necesidad de proporcionar una salida basada en políticas de izquierda a la actual coyuntura pueden emanar de un foro donde sus integrantes son responsables de la ignominia de los partidos de izquierda. Y en todo caso, si de ese cónclave ampliamente publicitado en los medios saliera alguna acción a seguir, alguna propuesta a poner en práctica o algún programa político a implantar, dudaría de su legitimidad.

Foto 1: ¿Por qué no hay Socialismo en EE.UU?. Werner Sombart.
Foto 2: El fetiche del crecimiento. Clive Hamilton.

sábado, 11 de diciembre de 2010

La transparencia, WikiLeaks y Canarias

“Putos periodistas”

Comentario de un político en la ficción de teatro “19:30”. Una obra sobre la corrupción y la financiación ilegal de los partidos políticos

En la gestión de la esfera pública se hace imprescindible actuar de manera transparente. La transparencia sirve a la sociedad para controlar la actividad de los poderes públicos, evitar los comportamientos corruptos y profundizar en el nivel de democracia que se practica. Un nivel de transparencia bajo en los asuntos públicos es muy susceptible de que desemboque en comportamientos antidemocráticos. Lo hemos visto con la crisis inmobiliaria actual, que ha creado vínculos muy fuertes entre los agentes inmobiliarios y los políticos que tenían la potestad de recalificar terrenos entre los bastidores de la política.

Por esta razón es de recibo destacar las acciones que Wikileaks está llevando acabo en los últimos meses al publicar, con gran repercusión mediática, una cantidad ingente de documentación clasificada por parte del gobierno de EE.UU. En el espíritu de esta acción reside una de las esencias del periodismo, sacar a la luz pública algo que está oculto y que debe ser conocido por la ciudadanía. Su conocimiento mejorará el control que los ciudadanos tienen derecho a ejercer sobre las instituciones públicas y sus gestores. Las reacciones de la clase política ante la filtración de estos documentos ha sido mayoritariamente de repulsa y crítica. Una actitud que evidencia la incomodidad de una clase política que está muy lejos de ser democrática. Ante estas reacciones, nos parece fundamental mencionar cuatro características que resaltan la ausencia de una verdadera democracia en nuestras sociedades:

1º- La aversión a la transparencia. La reacción de la comunidad internacional a los documentos publicados por el portal Wikileaks, muestra la tremenda hostilidad y miedo que la clase política tiene a que se conozca la ingente documentación clasificada. No porque en ellas se haga alusión a cuestiones políticamente incorrectas que puedan deteriorar las relaciones diplomáticas entre países (que también), sino porque demuestra que los autores de los cables y documentación publicados enseñan una conducta en privado que dista mucho de la mantenida en público. Esta hostilidad muestra que hay muchas pautas y declaraciones que se ocultan deliberadamente a la ciudadanía. Ya han saltado a la luz pública las típicas declaraciones que pretenden desacreditar a Wikileaks; Se trata de un ataque a la comunidad internacional, serán considerados terroristas sociales, la seguridad nacional está en peligro. Lo mismo se dijo en los 70 cuando los diarios The New York Times y The Washinton Post publicaron los llamados Papeles del Pentágono que hicieron público el comportamiento del gobierno de EE.UU. en la guerra de Vietnam. El tiempo demostró que ninguna de las declaraciones que intentaron desacreditar los papeles del pentágono se hizo realidad.

2º- El iceberg de las actuaciones públicas. Detrás de las declaraciones, poses políticas más o menos estudiadas y programadas, las estrategias de partidos e incluso la propia justicia, hay todo un entramado de relaciones interesadas ocultas entre partidos políticos o entre éstos y algunas corporaciones privadas. Es aquí donde se dirimen y/o toman una parte importante de las decisiones que afectan a la ciudadanía. Esto es sencillamente inaceptable y revela que se gobierna de espaldas a la ciudadanía.

3º- La democracia es un fraude. Desde el momento en que la transparencia deja de regir las actitudes o actividades de un cargo o institución pública, la primera afectada de ese comportamiento es la institución de la Democracia. La opacidad debería ser incompatible con la democracia ¿Se puede ser democrático sin ser transparente, sin dar cuenta pública de lo que se hace, dice o decide? Lo que se deduce de todos estos comportamientos es que la democracia que practicamos está muy lejos de la Democracia que deberíamos reclamar.

4º- Los políticos, la primera clase que torpedea la democracia. Si se hecha un vistazo breve al ingente material publicado podemos inferir que hay una actitud generalizada por parte de muchos agentes públicos de boicotear el juego democrático. Un boicoteo que se convierte en una verdadera conspiración contra la democracia cuando hay intereses económicos o comerciales en tela de juicio. Los papeles filtrados muestran por ejemplo la escasa voluntad política de muchos líderes mundiales de llegar a un acuerdo multilateral que frente el cambio climático. (Van Rompuy: "Copenhague fue un desastre. Las cumbres del clima no funcionarán". El País. 04.12.2010). O la presunta presión realizada por EE.UU para conseguir archivar el caso del cámara asesinado en Irak José Couso, haciendo desaparecer los cargos que implicaban a los tres militares americanos. ("Los ministros españoles trabajan para que no prosperen las órdenes de detención". El País. 30.11.2010). También, la presunta presión del gobierno americano para acabar con la jurisdicción universal, a raíz de conocer que el juez Baltazar Garzón podía iniciar trámites contra autoridades de EE.UU. por torturas a presos de Guantánamo. (El "antiamericano" Garzón tuvo especial seguimiento. El País. 02.12.2010)

El contenido de los documentos publicados demuestra una vez más lo que tantas veces ha criticado con acierto la novela negra como género literario; detrás de la sociedad de escaparate en la que vivimos, adocenada y anestesiada por el hiperconsumo, existen comportamientos perversos que la corrompen y en cierto modo la sostienen. Es la ciénaga o el pantano, esa masa deforme de comportamientos y actitudes desarrollados por agentes públicos y privados al margen de los canales visibles de la sociedad que favorecen las corruptelas y el envilecimiento de la democracia. Aunque Vicente Verdú escriba que toda esta ciénaga era de esperar y no aporte gran sorpresa (La transparencia de la transparencia. El País. 04.12.2010) es recomendable hacerla evidente para destapar el cinismo con el que se realizan demasiadas declaraciones políticas. Ahora la ciudadanía no tiene excusa para movilizarse en contra de muchas decisiones arbitrarias que afectan a su bienestar y de reclamar con ahínco la transparencia.

Sería interesante contar con algo parecido a Wikileaks en Canarias. Nos ayudaría a hacernos las preguntas correctas: ¿A quién benefician ciertas decisiones que se toman? ¿Qué criterios, datos o informaciones manejan para tomar esas decisiones? ¿Por qué se toman esas decisiones y no otras? Las respuestas a esas preguntas nos daría acceso a conocer de primera mano los bastidores del PSC en la creación de las gestoras para Santa Cruz y Tenerife, cómo fueron las actuaciones de los que tomaron las decisiones y si se produjeron como dicen que se produjeron. ¿Qué interesante sería conocer el modo de adjudicación de las infraestructuras más importantes que han impulsado las instituciones públicas de cada una de las islas? ¿O cuáles son los criterios que llevaron a declarar que esta u otra obra era de interés general? Y qué decir del modo en que pactaron CC y el PP en la anterior legislatura en eso que se llamó el pacto por la gobernabilidad de Canarias. Sería interesante conocer cómo llegaron al reparto de las consejerías y qué acuerdos tomaron para desalojar a la fuerza más votada, el PSOE, del poder. O cómo expulsaron al PSOE del Cabildo de Lanzarote el conjunto de partidos que ahora sustentan su gobierno.

Esperamos con impaciencia la próxima revelación de Wikileaks que al parecer tendrá que ver con un banco americano. No estaría mal que revelara declaraciones y acciones por parte de las grandes instituciones financieras orientadas a regular la economía y el mercado en base a sus intereses, mientras en público siguen identificando la economía de libre mercado como el instrumento para alcanzar el bienestar de las personas.

Foto 1: Logo de WikiLeaks

domingo, 5 de diciembre de 2010

El espectáculo de las infraestructuras


¿Cree usted que existe el necesario consenso ciudadano para imponer la infraestructura viaria que plantean?
» El mismo que en la mayoría de las decisiones políticas que diariamente hay que tomar. Es el esquema de funcionamiento de la democracia representativa. Diseñamos un programa electoral en el que incluimos estas propuestas, y las urnas nos avalan ese consenso previo…


El 23 de abril de 2008, el Cabildo de Tenerife, anunció la posibilidad de horadar la dorsal de Pedro Gil mediante un túnel de 17,5 km que permitiría conectar Güimar con el municipio de La Orotava. Según el responsable del Cabildo, con esta infraestructura los ciudadanos tendrían la posibilidad de pasar de la Orotava a Güimar en 5 minutos por medio de un tren sin conductor y por el módico precio de 500 millones de €. (Un túnel recorrerá 17,5 kilómetros entre La Orotava y Güímar dentro de 9 años. La Opnión. 23.04.2008)

Fue el inicio de la política de infraestructuras del espectáculo patrocinada por el Cabildo. Una política que prima lo más grande, lo más rápido y lo más caro en lo relativo a la movilidad en Tenerife. Definitivamente las instituciones políticas de la isla han dejado cualquier síntoma de cordura y se han abandonado a una locura de propuestas sobre movilidad que distan mucho de resolver los problemas de accesibilidad que tiene Tenerife. Lo que se consigue por el contrario es incrementar los impactos sobre el territorio, el gasto energético y económico, además de reforzar las emisiones profundizando en eso que Alfonso Sanz llama la hipermovilidad:

"La hipermovilidad es el exceso de la actividad humana vinculada al transporte; una hipertrofia que se hace patología en lo económico, lo social y lo ambiental. Demasiados recursos y energía puestos al servicio de una actividad que acumula en exceso residuos e impactos; que demanda insaciablemente inversiones económicas públicas y privadas a costa de otras necesidades sociales" (Hipermovilidad. Síntomas, reacciones y alternativas. Alfonso Sanz. 29.01.2009) 

Es cierto que nos movemos, en Tenerife se realizan 2,4 millones de desplazamientos diarios según el Plan Territorial Especial de Ordenación del Transporte en Tenerife (PTEOTT). La pregunta es hacia dónde y cómo nos movemos. A estas preguntas responde claramente la última ocurrencia del Cabildo que apuntala esa política del espectáculo en las infraestructuras; el Transrapid. Un modelo de tren que se mueve por levitación magnética sobre una viga sujeta por pilares y que permite alcanzar una velocidad de unos 400 km/h. El coste, nada menos que 3.000 millones de €.

Los promotores de esta idea vuelven a caer en los errores clásicos promocionando una infraestructura sobrevalorando sus supuestas ventajas, subvalorando los costes y dejando a un lado las consecuencias negativas en el ámbito social y ambiental. Todo ello convenientemente aderezado con las referencias pertinentes al dogma del progreso económico como meta última a alcanzar. Después de la política de lo colosal en la arquitectura con sus edificios estrella, la desmesura en el urbanismo con sus kilométricas playas y la bulimia constructiva, ha llegado el espectáculo en las infraestructuras. Las tres, características de esta miserable época de la desproporción y la desregulación que ha culminado con la actual crisis. Por lo que se ve, en Canarias no estamos decididos a abandonar ninguna de estas tres presuntas fuentes de progreso.

Entre el débil argumentarlo utilizado por el Cabildo para justificar el proyecto ferroviario (sea por medio de un tren de velocidad alta o el transrapid) se ha aportado el razonamiento de que todos los ciudadanos de Tenerife disfruten de igualdad de oportunidades de acceso a un puesto de trabajo, con independencia de donde se ubique su residencia. Una auténtica falacia que el Cabildo ha esgrimido con insistencia. Primero porque en una comunidad con un nivel de paro cercano al 30%, parece evidente trabajar en políticas de creación de empleo estable y de calidad, en lugar de garantizar el acceso de la población que reside en núcleos alejados a un supuesto empleo que no se crea, ni se transforma, sino que se destruye. Y segundo porque desde una perspectiva ambiental, en un territorio disperso como el canario parece más sensato evitar, en lo posible, los desplazamientos creando cercanía. Una política a largo plazo que ya mencionamos en anteriores artículos.

A este respecto son muy ilustrativas las palabras del vicepresidente y consejero insular de Economía y Competitividad del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso. Preguntado por el responsable de este espacio sobre la política de accesibilidad del Cabildo con motivo de una comunicación virtual organizada por el periódico la Opinión, el día 26.11.2010, el consejero respondió lo siguiente:

El Oikos. Sr. Alonso. El actual servicio público de guaguas es flexible porque se adapta a un territorio ocupado de forma dispersa, penetrando casi hasta cualquier rincón de la isla. Podría ser puntual si su trayecto se separara del tráfico privado. Podría ser más rápido si se invirtiera en un incremento de su frecuencia, y es un medio barato porque su renovación exige una inversión asumible y utiliza una infraestructura ya existente. Dígame tres argumentos para justificar una inversión de más de 3.000 M€ en un doble proyecto ferroviario o en el transrapid.

» Primero porque reducirá el uso del vehículo privado, segundo porque hará la isla más sostenible al reducir la huella ecológica, las emisiones de CO2, y tercero, quizás lo más importante, porque hará de la isla una isla metropolitana, con igual de oportunidades para todos con independencia de donde viva uno o donde trabaje

Los argumentos que nos proporciona el Sr. Alonso muestran que o bien tiene un total desconocimiento de la dimensión del proyecto ferroviario propuesto, o bien miente descaradamente. Pero sobre todo muestra la total ausencia de la variable medio ambiente en sus planes. Ante otra pregunta del responsable de este espacio el Sr. Alonso vuelve hacer alarde de un discurso falto de contenido:

El Oikos. Buenas. Después de la política de lo colosal en la arquitectura y el urbanismo ahora llega la política del espectáculo en las infraestructuras. Con esta política ¿No cree que se profundiza en el deterioro del territorio en lugar de resolver el problema de la accesibilidad Sr. Alonso?

» Grandes retos exigen grandes respuestas, y no me refiero a los tamaños, o espectacularidad de las infraestructuras. Lo que nos hemos preguntado, es cómo resolver ese problema de accesibilidad, y justo eso nos ha llevado a la elección de medios menos colapsables, menos invasivos territorialmente, y más sostenibles medioambientalmente. Con la presión demográfica que tenemos en la isla, la libertad de elección de lugar de trabajo y de residencia, con las necesidades de sostenimiento de los espacios rurales y sus actividades, con las necesidades de acceso de las grandes áreas metropolitanas, con la dispersión de los polos turísticos, y con la geografía de este territorio ¿conoce ud. otra alternativa mejor a la propuesta?

¿Tamaño, espectacularidad de las propuestas? Sr. Alonso, insisto ¿Conoce usted la dimensión del transrapid o del tren de velocidad alta? Parece que estamos hablando de proyectos diferentes. ¿Otras propuestas? Las hay y además más baratas, verdaderamente menos invasivas territorialmente y por supuesto más sostenibles. Modestamente le remito al artículo publicado en este mismo blog y titulado Un decálogo a favor de la movilidad

Sr. Alonso, permítame recomendarle también un texto interesante que todo buen técnico o gestor debería conocer si se tiene que enfrentar a la construcción de una gran infraestructura. Ese texto se titula Hipermovilidad. Síntomas, reacciones y alternativas. Alfonso Sanz. 29.01.2009 y termina con el siguiente comentario:

"Hipermovilidad, megaproyectos, hipermotorización o hipervelocidad no son más que expresiones de la hipervaloración o sobrevaloración (Soria y Puig, 1988) de la movilidad, una construcción cultural e ideológica que se remonta especialmente a los dos últimos siglos en los que la fe en el progreso ha estado asociada estrechamente al despliegue de los medios e infraestructuras para el desplazamiento de personas y mercancías. Cuestionar la hipermovilidad conduce así a una reflexión más de fondo sobre las ideas que la estimulan y, en particular, sobre ideas como las de desarrollo, crecimiento y progreso"

¿Contribuimos al progreso de Tenerife con una infraestructura de este tipo? Lo dudo mucho. ¿Por qué imponer un costoso proyecto ferroviario frente a la opción mucho más barata de apostar por una recuperación de TITSA? Realmente, de espectáculo.

Foto 1: Detalle del Transrapid. En www.tmk-kaseel.de
Foto 2: Itinerario de una propuesta de ferrocarril circular. En http://www.tgtfe.es

Un comentario de última hora (28.12.2010)

Buceando por la red encontré hace muy poco este artículo en la web Tamaimos sobre el tema del Transrapid (Transrapid (II): Alemania se da prisa). Un artículo doble muy bien argumentado y que muestra las verdaderas razones que explican el último empeño del Sr. Melchior en introducir el Transrapid en Tenerife.

Esas razones se reducen a una, intereses económicos. Trabajos como el que realizan los responsables de esta web son necesarios y ayudan a desenmascarar muchas decisiones políticas que son vendidas a la opinión pública como necesarias, inapelables y de interés general. Animamos desde aquí a los responsables de la web a que continúen con este interesante y necesario proyecto