domingo, 21 de noviembre de 2010

La retórica frente a la salida de la crisis


Big politician telling lies

Bob Dylan. "It´s all good".
Together through life. 2009

La deformación de la realidad por parte de la clase política de este país, al objeto de imponer una explicación de la misma interesada y favorable a sus propósitos es tal, que el parlamento nacional se ha convertido en una platea donde se representa la mejor de las funciones teatrales.

En la pasada sesión de control al gobierno de la nación celebrada el 17 de noviembre, el Sr. Rodriguez Zapatero dejó para la posteridad frases con un nivel muy alto de equilibrismo retórico. Entre sus menciones figuran; hay recuperación, lenta, cierta, sostenida, pero incierta en su progresión. Interesante construcción lingüística, perfecta en el uso de unos términos cuidadosamente escogidos para no comprometer la perorata socialista de la recuperación económica pero aceptando la posibilidad de que en un futuro, no muy lejano, la coyuntura empeore. Un verdadero ejercicio discursivo que evita la contradicción introduciendo términos contradictorios. Otra; la mejora es tan débil que no asegura un cambio irreversible de tendencia. Una invención semántica que es preciso leerla dos veces para comprenderla.

Las palabras del titular del ministerio de trabajo justificando una cifra de paro objetivamente mala son el paradigma de los discursos maquillados. ¡Atención!; Más allá del dato estacional, vamos lentamente, progresivamente y sostenidamente alcanzando la situación de equilibrio y de que ya no se destruya empleo…Todavía no ha llegado (el momento de equilibrio), pero estamos ya muy cerca. Declaraciones realizadas con un 20% de paro. Buen estreno en rueda de prensa para el Sr. Valeriano Gómez.

En Canarias también existen la versión autonómica de este tipo de discursos alambicados, torcidos y que tratan de enmascarar una realidad conocida por todos.

Para justificar el apoyo a los presupuestos generales del estado presentados por el PSOE, Ana Oramas, diputada por CC en el parlamento dijo: El presupuesto que ha presentado el Gobierno es, lamentablemente, el único posible. Una reflexión que tiene la virtud de situar a CC como víctima de las decisiones del PSOE. Como el presupuesto era el único posible, CC se ha visto obligada a apoyarlo. O el certero análisis del Sr. Rivero Baute para argumentar que es necesario traer más turistas para generar empleo demostrando un completo desconocimiento de los límites del territorio canario; Tenemos capacidad en nuestra planta hotelera y extrahotelera para traer no un millón de turistas sino tres millones.

Aunque el arquetipo de las declaraciones estudiadas son las realizadas por el responsable del PP en Canarias, el Sr. Soria que con gran ingenio semántico supo realizar declaraciones medidas al milímetro para mantener una calma tensa que salvaguardara el pacto de gobernabilidad durante toda la legislatura. Las hemerotecas están ahí. Es interesante echarles un vistazo.

Con estos discursos no sorprende la crisis de representatividad y la desafección política de la que nos hacíamos eco en el anterior artículo y que provoca un nivel de abstención y desinterés de la ciudadanía muy altos. La política se ha convertido en una profesión dirigida por unos partidos que premian a aquel que proclama discursos sutilmente preparados e introduce disertaciones que disfracen o encubran la realidad. Es la política del eufemismo. C. Castoriadis lo llamaba la videopolítica, la capacidad de los discursos políticos actuales para transmutarse en un cuento cuyo objetivo, no declarado pero manifiesto, es adormecer al receptor del mismo. Se imponen las declaraciones cuidadosamente estudiadas que no contrarresten la estrategia del partido aunque esto suponga contar una historia que nada tenga que ver con la realidad. Es la tiranía de los partidos apoyados por esta sociedad hipermediatizada que amplifica cualquier tipo de sermón. Por eso se echa de menos una política de la realidad y del sentido común donde se cuente a la ciudadanía la verdad de las cosas y se abandonen las prédicas que intentan falsear la realidad. Al final estos comportamientos políticos muestran que detrás de lo que se publica, declara o dice, hay todo un conglomerado de acuerdos, decisiones y pautas entre o intra partidos que queda oculto al gran público y es donde realmente se dirime el futuro de la ciudadanía.

El sociólogo Enrique Gil Calvo en su último libro, Crisis Crónica, establece tres posibles escenarios de salida a la actual coyuntura crítica en un intento de contar la realidad tal como es. De forma muy elocuente el sociólogo indica que se podría pensar que “se hará lo que pidan los votantes” (Pág. 217) en lo relativo a las posibles salidas a la crisis pero argumenta:

“Antes de la crisis, todos los gobiernos practicaban la misma política neoliberal: si eran conservadores por convicción y si eran progresistas por necesidad de mantener la competitividad de sus economías, un pragmatismo éste que algunos como Blair llamaron Tercera vía.” (Pág. 217).

Lo cual no es sino una evidencia más de que en las actuales democracias los votantes tienen poco que decir y en última instancia las alternativas diferentes para afrontar una situación como la actual brillan por su ausencia. Una cuestión capital por cuanto demuestra que el proyecto democrático está a años luz de haberse culminado.

Por eso considera que el primer escenario implicaría un retorno al neoliberalismo desregulado. Argumenta que se trataría de la salida más plausible por cuanto significaría regresar a la situación anterior a la crisis sin que se produzca un cambio en las actuales estructuras económicas. En este escenario la salida de la crisis se operaría por medio de socializar los costes que implica la actual situación.

El refuerzo del intervencionismo gubernamental sería un posible segundo escenario. Si la recuperación de la economía mundial se demora los gobiernos nacionales optarán por introducir una serie de medidas dirigidas a reducir la desregulación económica y a incrementar la presencia del estado sobre el control de la economía. Una opción que no significa abandonar el capitalismo sino modificar su estructura convirtiéndolo en un capitalismo intervencionista y estatalista que ya funciona en muchos países.

La tercera salida se orientaría a través de la configuración de un keynesianismo internacionalista. Si la crisis económica se prolonga indefinidamente la coyuntura obligaría a acometer profundas reformas en el actual orden económico mundial. Los países se verían en la tesitura de cooperar de forma conjunta por el bien común del planeta, incorporando a los nuevos actores de la escena económica mundial (Brasil, India y China) en una estrategia económica que exigiría reformar los organismos internacionales actuales.

El sociólogo realiza una reflexión final interesante. Interpreta la crisis como una oportunidad para renunciar al mito del crecimiento económico indefinido (Pág. 221). Aboga por abandonar una economía centrada en el incremento cuantitativo de la renta personal y centrar los esfuerzos en introducir criterios éticos en una sociedad que apueste por la contención y la mesura (Pág. 222) como único modo real de superar la irrupción de nuevas crisis.

Un escenario que implicaría una profunda reforma de los fines que la sociedad humana debe perseguir. A esto solo podemos aspirar si existiera una voluntad política real de cambio.

Foto 1: Etapas de la burbuja inmobiliaria según Hyman Minsky. En La burbuja inmobiliaria
Foto 2: Portada del libro Crisis Crónica. La construcción social de la gran recesión 

2 comentarios:

  1. Interesante aportación. Siendo realista, pienso que la segunda opción que plantea Gil Calvo, es decir aumentar el intervencionismo estatal, es la más factible en estos momentos. Desde luego que la tercera sería la más conveniente para la supervivencia de la especie. Lástima que sea una utopía viendo como va el cotarro económico que nos imponen.

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  2. Gracias por tu comentario.

    En una primera etapa parece necesario una salida basada en incrementar el intervencionismo estatal. Pero esta opción mantiene también la estructura básica del capitalismo. No podemos caer en el error de dotar al capitalismo de una nueva vestimenta.

    En el marco de la democracia y entre todos, debemos pensar en una opción político-económica que respete el medio natural, garantice el desarrollo de todos, introduzca verdaderos criterios de justicia y facilite la participación política de la gente. Una empresa descomunal que solo es posible en el largo plazo pero que no debe ser óbice para ir poniendo las primeras piedras.

    Ciertamente no parece que se esté a esto. No hay más que ver el severo plan de ajuste para reducir el déficit público aplicado a Irlanda, como resultado de su rescate por parte de la UE.

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